Sin ticket
No pasó tanto tiempo, aunque parece la prehistoria, de cuando la aventura de ir la cancha empezaba en la semana previa con una larga cola para adquirir la entrada. Tampoco de cuando los adolescentes forraban sus carpetas escolares con las entradas de los conciertos de rock a los cuales asistían. Esas y otras costumbres se van perdiendo a la par de la evolución de internet y de los medios electrónicos de pago. Entradas, tickets, facturas, pasajes y toda clase de documentos ahora son generados digitalmente y, muchas veces, ni siquiera deben ser impresos. Es difícil oponerse a una tendencia que ahorra papel y tiempo, aunque nunca faltará el nostálgico que añore la época en que conseguir algunas cosas era más trabajoso.
Pagar con el teléfono
Desde el trueque hasta el uso financiero de un smartphone, el hombre ha atravesado a lo largo de su historia por un sinnúmero de formas de pago. Y es curioso que aún en estos tiempos no haya desparecido ni siquiera aquel método que dio origen a las transacciones. Basta recordar la crisis que azotó a la Argentina a fines de 2001 para advertir cómo el intercambio sin moneda siempre está latente y a mano para cuando la situación económica se desbanda.
Pero naturalmente el trueque no es la regla sino la excepción. Hoy día, sobre todo para las operaciones menores, sigue primando el pago en efectivo. Pero también está muy extendido el uso de las tarjetas de crédito y de débito, las transferencias bancarias online y los sistemas de pago electrónico, especialmente para cancelar facturas. Pero el futuro, dicen los especialistas, tendrá al teléfono celular como actor principal.
Un repaso por las formas de pago a través de los smartphones, todavía no muy extendidas en nuestro país, arroja cuatro posibilidades. Una de ellas es la utilización de plataformas de ecommerce y con una tarjeta de crédito, como el famoso sistema de Pay Pal. Para ello es necesario crear una cuenta y asociarla con un plástico. Otro método es el que se conoce como NFC, siglas de Near Field Communication, que consiste en acercar el teléfono móvil a un dispositivo receptor a menos de 10 centímetros. Este sistema requiere la descarga de una aplicación y hay cientos de compañías trabajando en él. La billetera electrónica introduce la novedad de que la transacción se puede realizar directamente entre dos usuarios que tengan la aplicación. En Argentina ya funcionan dos sistemas de este tipo, ideal para amigos que hacen una vaquita para un regalo o que salen a comer y dividen el gasto. Por último, también se puede convertir al celular en un TPV (Terminal Punto de Venta), es decir el clásico posnet que tienen los comercios para recibir pagos con tarjetas.
Entrar sin entrada
De la mano de la evolución de los sistemas de pago vía internet, y mucho antes de que se pensara al teléfono como instrumento, las empresas fueron desarrollando tickets digitales que dieran cuenta de las transacciones. En muchos casos, esa tendencia se ha visto impulsada por la ventaja de ahorrar papel y envíos postales. Así, muchas compañías permiten suscribirse a una factura electrónica que luego puede abonarse a través del home banking y descargarse el ticket electrónico, que algún obsesivo imprimirá o guardará en PDF.
Paralelamente, cada actividad ha ido analizando la mejor manera de valerse de estas tecnologías para reducir los costos de sus ventas y a la vez facilitar las transacciones. Las aerolíneas, por ejemplo, han resultado paradigmáticas en este caso, ya que los pasajes que se adquieren a través de la web no deben siquiera ser impresos: basta con presentar el documento que acredita la identidad para que se le emita la tarjeta de embarque en el mostrador del aeropuerto.
Lo mismo suele suceder con algunos eventos culturales en que con la compra online queda registrada la “reserva”, por lo que al llegar al lugar también basta con presentar un documento. Claro que esto no es del todo viable en acontecimientos más masivos. En el plano deportivo, por ejemplo, los socios de Boca que compran una entrada por la web solo asisten con su carnet, pues el molinete de acceso reconoce cuáles de ellos están habilitados para ese partido. Así y todo, muchas veces la recomendación es imprimir el ticket o recibo que genera el sistema por cualquier inconveniente.
Un código llamado QR
En sintonía con la tendencia a utilizar solo el teléfono celular para realizar transacciones, algunos eventos permiten el acceso a través del Código QR, sistema con el cual no es necesario ningún tipo de impresión ni acreditación de identidad. Pensado originalmente como un código de barras de dos dimensiones que permitía almacenar más información que el código de barras tradicional, fue creado en 1994 por la empresa Denso Wave, subsidiaria de la japonesa Toyota.
Las aplicaciones del QR son múltiples y diversas. Básicamente lo que hace es dar acceso inmediato a un contenido cuando se lo escanea a través de un teléfono inteligente. Abrir una URL específica, agregar un contacto a la agenda o conectarse a una red inalámbrica son algunas de las aplicaciones más frecuentes. Pero en materia de espectáculos, su uso permite acceder al evento sin más elementos que el teléfono. ¿Cómo funciona? Al adquirir la entrada para un show que contempla este modo de acceso, el organizador le envía al usuario un link de descarga del código QR. En el ingreso, una pistola lectora o un celular escanean el código del visitante como si este fuera la misma entrada.
Recibos en PDF, transferencias online, pagos a través del teléfono y demás artilugios de la modernidad ahorran a los ciudadanos muchas de las extensas colas tan habituales en otros tiempos. Los coleccionistas de entradas o boletos de colectivo hace tiempo que se deben haber buscado otro hobbie.
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