El universo digital está en permanente movimiento y las nuevas redes sociales  se adaptan al fenómeno, contemplando los deseos y necesidades de los navegantes y reforzando su presencia en los dispositivos móviles, a través de aplicaciones. Por estos días, Snapchat está causando furor a nivel mundial, sobre todo en Estados Unidos –donde Hillary Clinton la utiliza para difundir sus actos oficiales- y en Latinoamérica. En la Argentina cada día son más los seguidores y crece su presencia, sobre todo entre los Millennials  (los nacidos entre 1980 y el 2000).

"Snapchat es, ante todo, un desafío. Lo es para los que ya pasamos los 30 y mucho más para las empresas, porque se trata de una plataforma que rompe con muchas de las reglas que durante años consideramos como sagradas, tales como la perdurabilidad de un mensaje o su producción previa antes de emitirlo", explica a Revista Cabal, Tomás Balmaceda, periodista especializado en Tecnología. "Snapchat nos propone la pura espontaneidad y la disolución completa pasadas unas horas o incluso unos segundos."

Al igual que Instagram -que permite compartir fotos y videos-, Snapchat está fuertemente asentada en el lenguaje audiovisual,  aunque tiene algunas características que la hacen diferente a lo conocido hasta ahora.
Creada en la Universidad de Stanford, esta red permite compartir mensajes, fotos y videos, aunque con una particularidad: el usuario puede  determinar durante cuánto tiempo pueden  sus contactos ver esas imágenes (uno a diez segundos). Luego, éstas desaparecen sin dejar rastros: no están contenidas en ningún soporte ni se encuentran online.

Desde este punto de vista, el fuerte de Snapchat es la fugacidad, en el sentido de que nada es perdurable. Esa es la característica que ante todo la define y valoran sus usuarios: que los contenidos, una vez vistos, no permanezcan en ningún soporte o formato. La seguridad también está garantizada, ya que nadie puede guardar, descargar o incluso volver a ver las imágenes compartidas después de haber tenido acceso a ellas. Lo efímero es una cualidad esencial de esta red.

"Si los Millennials son el público ideal para Snapchat es porque comparten esos valores 'livianos', que a los que ya somos adultos nos cuesta entender. Pero aquellas marcas o personajes que quieran conectarse con ellos, deberán entenderlos y apropiarlos", opina Balmaceda.

La idea original fue desarrollada en 2010 por tres estudiantes de la Universidad de Stanford: Artur Celeste, Reggie Brown y Bobby Murphy.  En 2013, Mark Zuckerberg quiso comprarles la idea: ofreció 3 mil millones de dólares por el dominio de la red, pero ellos rechazaron la oferta. Por entonces, hubo quienes se agarraron la cabeza, daba la impresión de que habían perdido la oportunidad de un gran negocio. Los fundadores, sin embargo, confiaban en que Snapchat crecería y superaría en mucho ese valor. No se equivocaban. Para finales del 2014, la empresa valía el equivalente a 10 mil millones de dólares. En la actualidad  vale 16 mil millones y cuenta con cien millones de usuarios diarios, en el mundo.
Estos destacan la frescura y naturalidad de un espacio virtual que no permite subir fotos ni videos viejos: todo debe ser auténtico y provenir del presente inmediato. Una vez visto, se borrará para siempre con la misma celeridad; lo que desinhibe a muchos jóvenes a subir material del que no queda registro a futuro, privilegiando la experiencia del momento. Balmaceda define: "Esa frescura a los adultos nos asusta, pero a los más chicos les fascina".

Probar Snapchat es muy fácil: sólo hay que descargar la aplicación disponible para Android e Iphone (del mismo modo que se descargan Facebook o YouTube en los teléfonos), y luego empezar a sumar contactos.
Los mensajes –actualmente se envían diariamente 60 millones de mensajes por esta plataforma-, las fotos y videos (se los llama “snaps”) pueden ser decorados o intervenidos con dibujos, filtros y emojis y luego compartidos con todos los seguidores de quien publica o sólo con algunos, que él determina. Además se puede chatear, en forma privada, persona a persona (con divertidas intervenciones que, por ejemplo, permiten enviar selfies animadas y también adjuntar videos y fotos). Todo se ve en pantalla vertical, lo que permite aprovechar al máximo el formato de los teléfonos móviles.

Los usuarios que convocan más seguidores se hacen llamar SnapChatters y -como en YouTube los Youtubers- se caracterizan por estar creando canales que siguen cientos o miles de personas.
Una plataforma más, para explorar y estar en contacto con conocidos y amigos. Snapchat es también una nueva excusa para entretenerse y divertirse.