Mensajería instantánea: ¿hay vida después de Whatsapp?
Si hay una herramienta tecnológica que casi no discrimina a nadie esa es sin lugar a dudas la mensajería instantánea. Jóvenes y adultos, hombres y mujeres, ricos y pobres, todos la utilizan en mayor o menor medida. Y hasta los abuelos, aún aquellos que no tienen Facebook, jamás entenderían Twitter o nunca se sacaron una selfie, recurren por lo menos al Whatsapp para comunicarse con sus pares o familia. Y si bien es cierto que aún están los que no han dado el salto tecnológico a un smartphone y se siguen comunicando con mensajes de texto, ese terreno parece cada vez más propio del spam que de las comunicaciones directas entre personas.
Para dimensionar la magnitud del fenómeno basta un dato. En abril de este año, en la conferencia para desarrolladores que suele organizar cada año Facebook (F8: Facebook Developer Conference), Mark Zuckerberg y compañía dieron a conocer que cada día se mandan 60 mil millones de mensajes a través de las dos aplicaciones que hoy maneja la empresa, WhatsApp y Messenger. Ese número, precisaron, triplica al techo máximo que alguna vez alcanzaron los SMS.
En materia de mensajería instantánea, WhatsApp es el triunfador indiscutido. Pero, ¿cómo lo logró?, ¿qué otras aplicaciones le pueden discutir ese liderazgo?, ¿cuáles son las virtudes y debilidades de cada una?
Viejo y querido SMS
Antes de adentrarnos en las aplicaciones de moda, un párrafo para el mensaje de texto, al que se creía en vías de extinción pero que todavía resiste. Cuenta la historia que el primer SMS fue enviado el 3 de diciembre de 1992 desde la computadora del ingeniero británico Neil Papworth a su amigo de Vodafone (empresa operadora de telefonía) Richard Jarvis y decía "Feliz Navidad". Al año siguiente Nokia creó el primer celular que permitía esta forma de comunicación y desde entonces el crecimiento fue exponencial. El auge del SMS duró aproximadamente hasta 2011, cuando su uso empezó a decaer. Sin embargo, aún sobrevive. A pesar de su limitación de caracteres (160), tiene algunas ventajas respecto de otros sistemas. Su tasa de lectura es mucho más alta que la de WhatsApp o un mail, no necesita de internet para funcionar y en la actualidad los planes de las principales operadoras de telefonía móvil de la Argentina no lo están cobrando. Pero quienes más aprovechan estas virtudes son las empresas, que lo utilizan para hacer marketing, por lo que es de suponer que no faltará mucho tiempo para que los usuarios empiecen a ignorarlos definitivamente.
El Dios WhatsApp
El reinado de esta aplicación creada por Brian Acton y Jan Koum, que vio la luz primero para iPhones en 2009 y un año después para Android, es indiscutible. Basta hacer la prueba de chusmear qué hace en su celular la mayoría de los pasajeros de un colectivo cualquiera a toda hora y fácilmente se reconocerá la interfaz de WhatsApp. Tan grande fue su crecimiento que en febrero de 2014 fue adquirida por Facebook en más de 19 mil millones de euros. Y la compañía anunció en febrero de este año que los usuarios activos ya sumaban 1.000 millones.
Aunque cuando salió como servicio de mensajería para iPhone su descarga costaba 0,89 euros y se había anunciado que con Android debería pagarse 0,99 euros tras un primer año gratuito, lo cierto es que la mayoría de los usuarios nunca han debido pagar por su uso y hoy ya es oficialmente "gratis para siempre". Esa gratuidad, o costo mínimo en algunos casos, en momentos donde los mensajes de texto tenían un valor no tan bajo, ha sido seguramente una de las grandes virtudes de WhatsApp para lograr la popularidad que hoy ostenta. La aplicación logró romper esa barrera que habían puesto las distintas empresas de telefonía celular al poner sistemas de mensajería exclusivos de cada compañía.
Esa universalización alcanzada por WhatsApp se sirvió además de otros atributos que la llevaron hasta la cima, aún cuando la aplicación es técnicamente menos poderosa que otras. Y es que en su sencillez está una de las claves. Sencillez que se advierte, por ejemplo, en el listado automático de todos los contactos de la agenda que uno tiene en el teléfono, el doble check para saber si la otra persona vio el mensaje o no y el envío de mensajes de voz. La última actualización permite responder un mensaje específico dentro de una conversación, una función muy útil en aquellos chats anárquicos y vertiginosos.
Messenger, con el viento de cola de Facebook
El 9 de agosto de 2011, bastante antes de que Mark Zuckerberg hubiera decidido comprar WhatsApp, Facebook lanzó su propio sistema de mensajería instantánea para smartphones. En realidad, lo que hizo fue convertir en una aplicación independiente el chat que tenía en la web. La ventaja de este sistema es que los contactos salen de los amigos de Facebook, por lo que no es necesario saber el número de teléfono de la otra persona para comunicarse y en nada afecta un posible cambio de línea de celular.
La aplicación, que con 900 millones de usuarios sigue muy de cerca a WhatsApp, tiene stickers como en Telegram, llamadas como en WhatsApp y videollamadas como en Skype. Pero además su sistema de notificaciones es muy curioso, porque la llegada de un mensaje se anuncia en la pantalla con un círculo con la foto de perfil de la persona que lo envió.
¿Se viene Telegram?
Con WhatsApp y Messenger bajo el dominio de Facebook, ¿quién puede desafiarlos? Tras el anuncio de haber llegado a los 100 millones de usuarios activos en febrero de este año, la aplicación creada por los hermanos rusos Nikolai y Pavel Durov y lanzada en agosto de 2013 parece la más firme candidata a disputar ese liderazgo, aunque aún está muy lejos. En su origen Telegram eligió poner el foco en una cuestión que WhatsApp había ignorado: la seguridad. Nació con un cifrado fuerte, lo que significa que los mensajes que salen desde el dispositivo llegan cifrados a los servidores. Este atributo se reforzaba con la posibilidad de iniciar "chats secretos", que solo podían accederse en los móviles y que incluso al ser borrados desde el emisor también se eliminaba en el receptor. Sin embargo, no fue esta característica la que le dio el primer gran impulso a Telegram (de hecho, hoy WhatsApp también ha incorporado el cifrado) sino justamente una caída de cuatro horas de WhatsApp en 2014. Esa falla, sucedida además tres días después de su adquisición por Facebook, se sumó a la desconfianza que generó también la intervención de Zuckerberg en el negocio.
También gratuita, Telegram es en algunos aspectos más "potente" que WhatsApp. Permite, por ejemplo, formar supergrupos de hasta 5000 mil miembros (WhatsApp tolera 256) y enviar archivos de hasta un 1,5 gigas (como una película en alta definición). Sumadas a otras virtudes, asoma como un duro competidor. El único problema, no menor, es que aún seguramente son muy pocos los amigos de uno que la estén utilizando.
Resto del mundo
Obviamente la oferta de aplicaciones de mensajería instantánea no se agota en WhatsApp, Messenger y Telegram. Hay un montón más. Algunos países, como China, han desarrollado una para su mercado que también ha logrado expandirse. Se trata de Weixin o WeChat, que ya cuenta con 697 millones de usuarios. Claro que en la medida que esa cifra esté concentrada en su país de origen, no supondrá por el momento una amenaza para los "monstruos" occidentales. Viber, Line, QQ, BBM, Snapchat, Wire, Kik, Hangouts, Joyn y hasta Skype, cada uno con sus particularidades, también aparecen en cualquier listado sobre mensajería instantánea. Aunque la mesa está servida, aquí no vale elegir el bocado que a uno más le gusta: el mejor menú siempre será el solicitado por la mayoría.