Las redes sociales funcionan, a esta altura, como una suerte de universo paralelo en el que los usuarios se relacionan, comparten e intercambian información y se informan sobre los temas más diversos. Además de las redes más conocidas y utilizadas –Facebook, Twitter, Instagram etc. comunidades masivas con 1200 millones y 300 millones de usuarios activos- hay actualmente otra serie de redes especializadas.
  Si se piensa que hay redes sociales específicas en materia de gastronomía Funcook, búsqueda de trabajo Linkedin, tejidos de lana Ravelry y muchas otras, no sorprenderá para nada que haya otras especializadas en libros. A nivel mundial, funciona www.goodread.com, mientras que a nivel regional está Lectorati, creada por los argentinos Ramiro Fernández y Torcuato Bolomociona.   Lectorati se posiciona con buena proyección de crecimiento entre los sitios que proponen cubrir una necesidad específica, en este caso en relación a la lectura y las novedades editoriales.

     El sitio fue lanzado de manera oficial durante la Feria del Libro del 2014 y ya cuenta con miles de usuarios.  Inicialmente, se lanzó con una inversión de  US$ 50.000, realizada por los dos cofundadores.  Actualmente, funciona en la Argentina aunque se proyecta hacerla crecer en el mercado hispanoparlante -Latinoamérica y España-.

  Se trata, en rigor, de una red de lectores: fue creada y participan de ella quienes leen y aspiran a compartir con otros sus recomendaciones y lecturas.

  La empresa cuenta con un modelo de negocios basado en la venta por afiliación, esto supone que se envía tráfico de usuarios a una plataforma de venta y si el usuario compra un título –tanto nuevo como usado- un porcentaje corresponde a la empresa. En el futuro cercano esperan sumar también publicidad en su plataforma.
   A pesar de que la aparición de Internet, las computadoras y los e-books hicieron pensar a muchos, en un primer momento, que las tecnologías competirían con los libros de papel, los múltiples sitios y blogs literarios y las plataformas de intercambio de información y venta de libros, han demostrado que la tecnología y la lectura pueden potenciarse.
  En Lectorati, por ejemplo, los usuarios pueden compartir qué están leyendo, anunciar lo que ya terminaron de leer e incluso postear qué aspiran a leer en el futuro; seguir a otros usuarios por los que sienten interés y compartir comentarios e información relacionada con lo que más los motiva en materia de libros y lecturas. También pueden calificar las obras con un rango que va de cero a cinco estrellas e invitar a contactos de otras redes a sumarse a Lectorati.

  Goodreads fue la red que sirvió de inspiración a estos emprendedores argentinos, creadores de la red social de lectores a nivel local. Los usuarios actuales provienen mayoritariamente de  Argentina, México, Venezuela y Colombia.  Los creadores de la red utilizan la geolocalización tanto para conocer el origen de sus navegantes como para para saber qué libros se leen en cada región del continente.
  “Te podés conectar a través de Twitter, Facebook, podés asociar tus perfiles. No importa a partir de qué red llegues, lo que importa es conocer nuevos libros”, proponen ellos.
  Otra de las características de Lectorati es que los usuarios reciben medallas según las actividades que concretan: si bien este componente ya figura en otros sitios, esta red es la primera en usar la gamification para premiar hábitos de lecturas, frecuencia, cantidad de libros leídos, temas, fidelidad a un autor, etc. Sus promotores aseguran que, más que competir con otros lectores, se trata de medir y superar una medida persona