Hackatones, encuentros intensivos para desarrollar software

Tecnología

Aunque nacieron bajo la órbita de las empresas de tecnología, se volvieron una práctica habitual en todo tipo de empresas. Cómo son las reuniones de programadores que se juntan para crear un prototipo desde cero y dejarlo funcionando. 

Domingo a la madrugada. Muchos de los habitantes de la ciudad de Buenos Aires duermen. Otros tantos se divierten tomando algo en un bar o bailando en un boliche. El microcentro porteño está más bien desierto, pero las luces de uno de los pisos más altos de una torre de una conocida empresa están prendidas. No se trata de un empleado obsesivo que necesita llegar al lunes con un informe terminado. Son más de 100 programadores que respondieron a una convocatoria para desarrollar en apenas un fin de semana una aplicación para que los clientes de la compañía se familiaricen con los servicios que brinda. Sin dormir, comiendo sin sacar los ojos de sus computadoras, jóvenes llegados de todo el país y reunidos en equipos de entre dos y cuatro personas compiten por desarrollar el prototipo que más convenza al jurado. El primer puesto tiene una recompensa monetaria y la posibilidad de que la empresa luego los contrate para avanzar en ese desarrollo. Estas imágenes, completamente invisibles para la gran masa de ciudadanos, cada vez son más comunes. Este tipo de eventos recibe el nombre de Hackatón. 

Hackathon

El término “hackatón” (que tiene su origen en las palabras inglesas “hack” y “marathon”) podría traducirse como una maratón de “hackers” o programadores. Aunque hoy vinculamos la palabra “hacker” con aquellas personas que se meten en un sistema informático ajeno sin autorización, su sentido es en realidad más amplio y refiere a una forma de programación exploratoria pero no necesariamente delictiva. Por eso, una hackatón es una reunión de especialistas digitales que buscan desarrollar o mejorar un software de manera colaborativa. Pueden durar dos días o hasta una semana y el objetivo es dejar al prototipo funcionando. Se cree que la primera vez que se utilizó la palabra “hackatón” fue en 1999, en un encuentro de desarrolladores del sistema operativo OpenBSD. Pocos años después tanto la palabra como esa metodología de trabajo se empezaron a expandir por todo el mundo. 

 

Objetivo: solucionar problemas

“El núcleo de una hackatón parte de un grupo de apasionados tecnológicos que se juntan una cantidad intensa de horas consecutivas. Se pone una problemática puntual y se trata de solucionarla. Hay hackatones apuntadas a problemáticas sociales, empresariales o más específicas de tecnología. Y lo que se busca al finalizar es poder tener un producto ya funcional o un prototipo de algo que funcione”, explica a Revista Cabal Darío Susnisky, coordinador del curso de Full Stack Web Development en Digital House.

Quienes más utilizan las hackatones son, naturalmente, las empresas de tecnología. Dadas las dimensiones que ha tomado el sector digital en la actualidad, el capital humano sigue siendo escaso. Por eso, las grandes compañías suelen organizar este tipo de eventos para mostrarse, participar en la comunidad y reclutar personal valioso. Pero esta práctica se ha extendido en la actualidad a todo tipo de empresas. Aún para aquellas compañías que no pertenecen estrictamente al ámbito informático, los beneficios de convocar a hackatones son múltiples. En primer lugar, porque la transformación digital toca de cerca a todos y ellas también precisan de talentos informáticos. Pero además, en un evento de este tipo disponen de una gran cantidad de personas pensando y trabajando para ellas de manera casi gratuita. Es cierto que hay recompensas económicas y que solventar viajes, estadías y comida exige un presupuesto bastante alto, pero todo ese gasto siempre parecerá poco en comparación con la ventaja de tener cientos de ideas en un avanzado estado de desarrollo. Y en dos días.

Además del provecho que pueden sacar las empresas organizando hackatones, estas también pueden servir para fines más altruistas. Se los suele llamar hackatones cívicos y abordan temáticas como salud, educación, igualdad de género, medio ambiente o transporte. Son convocadas por gobierno o asociaciones civiles.

Aprender haciendo

Más allá del uso que le den empresas, gobiernos u organismos a los hackatones que organizan, estos eventos tienen algunas características interesantes como metodología productiva. Según un artículo publicado en Internet por la jefa de la División de Gestión de Conocimiento del BID, Karen Mokate, las hackatones son una importante herramienta porque fomentan el aprendizaje multidisciplinario, promueven el aprendizaje de nuevas habilidades, permiten desarrollar prototipos y aprender haciendo, posibilitan la experimentación con datos reales e impulsan el aprendizaje colaborativo entre ciudadanos y gobierno.

Para Susnisky, el valor agregado de una hackatón también tiene varias aristas. “En primer lugar, está el desafío tecnológico de enfrentarse a un problema grande y tratar de solucionarlo en poco tiempo. Por otro lugar, en una hackatón uno trabaja con gente que no conocía de antemano, generando muchos vínculos y oportunidades. Por último, está el valor agregado de generar algo que funcione. Entonces, ya sea que uno esté solucionando una problemática social, una problemática empresarial o una problemática tecnológica, justamente el resultado es ese: solucionar el problema”.

Domingo a la tardecita. El fin de semana termina y la gente vuelve a sus hogares pensando ya en las actividades del lunes. Los programadores de la hackatón convocada por la empresa exponen sus desarrollos en un escenario y responden preguntas del jurado. Tras dos días de intensa labor, en breve sabrán cuáles serán los prototipos premiados. Luego, cada uno emprenderá el regreso a sus casas, algunas a cientos de kilómetros. El lunes también será lunes para ellos, pero con un poco más de sueño.

Fotos: Istock