La socióloga Andrea Matallana analiza en “Delicias y sabores. Desde Doña Petrona hasta nuestros días” (Capital Intelectual, $170) la importancia de Petrona Carrizo de Gandulfo en la cocina argentina y el rol que desempeñó como emprendedora, voz autorizada y personalidad carismática en una época en la que no era tan frecuente que la mujer cocinara fuera de casa o, directamente, que saliera de ella por cuestiones profesionales. Se definía como ecónoma, un modo de ampliar su ámbito natural de incumbencia, la cocina, a partir de su participación como promotora del uso de artefactos a gas, que fue desde donde avanzó hacia la radio y la televisión. Pero es su omnipresente recetario el que convirtió a Doña Petrona en ese ícono nacional, que la autora examina en profundidad y en su rico y cambiante contexto histórico.