Aunque el modelo de waffle globalizado es el que suele consumirse en los Estados Unidos, se trata de una especialidad de la Europa occidental nacida hace varios siglos y que tiene en Bélgica a su mayor exponente y en Bruselas a su tácita capital. Parientes también de las crêpes, los waffles belgas son de mayor espesor aun que los de mayor difusión, y fundamentalmente más esponjosos. Aunque también se los consume salados, los más demandados son los dulces, en cuya superficie se colocan todo tipo de acompañamientos. Por ejemplo, frutas. En plena temporada de frutillas -las hay en cantidad, calidad y a buen precio- es una buena oportunidad para preparar unos ricos waffles tibios con crema chantilly y frutillas y unos hilos de chocolate caliente por encima.

Ingredientes (4/6 porciones)

350 g de harina
70cc de leche tibia
7g de levadura fresca
280g de azúcar
70cc de agua tibia
1 huevo grande
180g de manteca derretida
25g de miel
2 cucharaditas de vainilla
1 pizca de sal

Preparación

Mezclar la levadura, la leche y el agua en un recipiente. Agregar el huevo y la harina, unir y dejar leudar durante una hora. Añadir el azúcar, la sal, la miel, la vainilla y la manteca. Cubrir y dejar leudar durante dos horas a temperatura ambiente. Cocinar en wafflera eléctrica o de hornalla hasta que el exterior esté dorado y el interior esponjoso.

Presentación

Servir tibios (se pueden mantener en el horno precalentado y luego apagado) con los “toppings” elegidos: cremas, dulces, helados, frutas frescas, frutas secas, etc.

Otras versiones

Para la mezcla final se puede utilizar azúcar perlado o sin refinar (en ese caso, hay que reemplazar en igual cantidad el azúcar de la mezcla para que no quede demasiado dulce), con lo que se logra un acabado crocante y caramelizado.