Pochoclos surtidos
Después de años de ostracismo, condenado a las plazas y para consumo mayormente infantil, las cadenas de cines volvieron a poner en primera fila al pochoclo, al que se suelde denominar ahora con la palabra en inglés: popcorn. A partir de allí, su consumo creció en otros ámbitos, y hoy es un snack que en su versión salada acompaña cervezas artesanales, forma parte de picadas y también se consume en los hogares. Ya en los 90 se conseguían, importadas, esas bolsitas de papel madera en cuyo interior el maíz se va inflando mientras se cocina en el microondas. Hacia fines de esa década, la empresa Marlom’s Popcorn lo empezó a producir en el país. La compañía asocia su consumo al de quienes se cuidan en sus comidas y recurren a frutas, cereales, yogures, semillas o barritas de cereal como colaciones, pero dicen que el popcorn cumple con las mismas condiciones aunque con el beneficio de que aporta mayor volumen, lo que genera saciedad. Y destacan que es mucho más saludable que otros snacks, como las papas fritas, porque aporta menos calorías, menos grasas y más fibra. La línea de pochoclos Marlom’s Popcorn viene en cuatro sabores: Queso, Natural, Manteca Light, Manteca y Dulce.