Paulina Cocina
A diferencia de muchos cocineros mediáticos, de esos que abundan en la tele, Paulina Roca exhibe una frescura genuina, sin estridencias y, literalmente, sin maquillaje. En su página www.paulinacocina.net (también está en las redes sociales Facebook, Twitter, Google+ e Instagram) comparte regularmente los videos que ella misma produce y graba en la cocina de su casa, en los que cocina todo tipo de recetas, elegidas mayormente por lo que tiene ganas de comer ese día, que luego serán degustadas por… su familia.
Desde su primera receta publicada, Pastel de papas, Paulina —que es un seudónimo, para que sus locuras en video no interfieran con su carrera de socióloga— abordó un extenso menú de Recetas saladas (Tapas y snacks; Ensaladas; Pizzas y tartas; Pastas y arroces; Sopas y cremas; Pescados y mariscos; Carnes; Guisos, potajes y ollas; Vegetarianos y veganos), Recetas dulces (Tortas y budines; Galletitas; Tartas dulces; Postres; Helados; Otros dulces), Recetas de menos calorías, Bebidas, Conservas y Recetas con solo 3 ingredientes. También hay secciones de Trucos y técnicas, Curiosidades, Información muy útil, Recopilaciones y Menú semanal. Hay recetas sencillas y otras solo un poco más complejas, y la variedad está garantizada. El ranking lo encabezan el Pastel de verduras (Strata), las Papas a la crema gratinadas, la Ganache de chocolate y los Huevos benedictinos.
“Paulina siempre soñó con tener un programa de cocina… ¡Pero nunca con ser cocinera! Paulina Cocina es su videoblog”, explica la propia Paulina en tercera persona. Alguna vez contó que mientras hacía su doctorado buscó distenderse un poco grabando un video en el que cocinaba una conserva de morrones agridulces, y que nunca compartió porque parecía “una momia”. En esa entrevista del diario Tiempo Argentino contaba que todo lo que publica es su almuerzo o su cena. “No cocino para el blog. Cocino para comer. Cuando quiero comer una entraña y la hice de tal manera le pongo un poco de onda, la hago de otra forma para poder sacarle una foto y volver a publicarla. Pero cocino para comer. Cocino, y si después la receta me gusta cómo quedó, saco la foto del paso a paso. Quiero la foto linda pero tengo un problemita porque tengo hambre o mi familia tiene hambre”.
Y aunque la espontaneidad y la autenticidad le dan identidad y rédito, y lo casero y familiar es una cosa simpática, cree que “lo simpático también tiene un límite. Si aparezco amasando con anillos, a veces me olvido de sacármelos, puede que para un video parezca simpática la distracción. Pero si sé que no se amasa con anillos, mejor empezar así”. Pero, eso sí, no hay segunda toma ni cambio de videos. “El que está editado, ya está. Ya dije la tontería”.