La hora del té

Gourmet

Tomar el té, una moda que se hace hábito.

“El té me acompaña desde pequeña. Crecí tomando, té, café y chocolate. Aprendí a tomar mate en Buenos Aires. El té muchas veces fue un gusto, en algunas infusiones de mi vida, cuando no tenía claro que sólo era té aquel producto que provenía de la camelia sinensis, por mi taza pasaron infusiones de tilo, orégano, valeriana, ambay y anacahuita. Hoy es una pasión que me encanta compartir y difundir en español. Una profesión que se está moldeando de a poco. Algunos creen que mi nombre es puro marketing yo creo que el té estuvo siempre ahí, presente, tenía el té en el nombre y hace algunos años me animo a recorrer el camino junto a él”. Dice Tea Alberti, diseñadora gráfica y, desde enero de 2010, responsable del blog Tea&Co (www.teaandco.com), dedicado de lleno a su infusión preferida y galardonado como mejor Weblog latinoamericano en los premios Bloggies 2011. Allí, Tea (sí, como té en inglés), hace aportes diarios al universo del té a través de historias, secretos, variedades, agenda, diccionario, entrevistas, dónde consumirlo, y de una colección de tazas que ronda el millar y que constituye un hermoso y variado muestrario de piezas de los más diversos estilos, que cuenta con el aporte de los lectores del blog.
 

“La moda del té en la Argentina se está imponiendo cada vez más y está dejando de ser una moda para instalarse dentro de nuestra cultura y nuestras costumbres gastronómicas. Se están formando muchos sommeliers de té  y cada vez se abren más casas de té y tea shops donde los amantes del té pueden encontrar su preciada bebida y el maravilloso mundo de accesorios que la rodean”, explica Tea, que repartió su infancia entre Suiza, Guatemala y la Argentina: “Me encantaba jugar a tomar el té con mi jueguito de porcelana chino, pero empecé a profundizar mis conocimientos en estos últimos años. Probando distintos tés, leyendo libros específicos, tomando clases con Tea Masters y Tea Designers y formándome como Tea Sommelier”. Lo que no le impide, sin embargo, aventurarse en productos de dudosa calidad: “¡Siempre le doy una oportunidad al té! No soy extremista ni formo parte de la policía del té. Cada uno elige el té en la forma que más le guste. Trato de impulsar y generar una cierta curiosidad en el mundo del té en hebras. Prefiero las hebras seleccionadas y cuidadas, obviamente, pero muchas veces esa taza de té en hebras o en saquito es la excusa para compartir un momento con amigos, una charla fugaz de pasillo en el trabajo, una pausa en la locura diaria. Y si lo que tenemos cerca es un saquito, ¡bienvenido sea!”.

 

Sobre su rol de sommelier, explica: “Usamos todos nuestros sentidos a la hora de catar un té: vista, oído, olfato, tacto y gusto. Es una experiencia personal que tiene que ver con nuestra historia, nuestra memoria, lo que comimos y bebimos a lo largo de nuestra vida. La memoria sensorial nos permitirá descubrir determinadas notas particulares en cada uno de los tés que probemos. En una cata es muy importante primero identificar el tipo de té.  Se analizan las hebras secas (cómo se ven, cómo huelen, cómo se escuchan, si están crujientes o no). Se prepara el té siguiendo las instrucciones de temperatura del agua y tiempo de infusionado indicado para cada té. Se analizan las hebras humectadas (cómo se ven y cómo huelen); hay una diferencia muy grande entre el primer paso y el segundo, en algunos tés es un misterio que se va develando de a poco. Finalmente se analiza el licor (así se llama al líquido que se obtiene de la infusión de las hojas de té), si es brillante, translúcido, su aroma y finalmente su gusto. Creo que lo más importante es beber muchos tés diferentes de distintas procedencias y no olvidarse que, después de todo, el sabor del té está en tu boca”.


Al margen del blog Tea&Co, una vez al mes organiza tés en el mundo real, en los que comparte experiencias con sus lectores. “Me encanta preparar el té para otros, enseñar a prepararlo correctamente. Soy muy curiosa y en estos encuentros tan distendidos conocer cómo empezó la historia con el té de cada de los que participan es maravilloso”. Y en lo cotidiano, “en el trabajo trato de no ser una evangelizadora del té, pero mientras se diseña se comparte un buen té, no lo puedo evitar”. Sobre sus múltiples ocupaciones, que incluyen la de madre, cuenta que “hace un año un explorador y embajador del té me dijo que era muy afortunada por llevar este nombre y ocuparme del mundo del té, era un buen karma por varias vidas… Y me dijo que aunque esté muy ocupada con todas mis tareas piense en los dos hermosos regalos que tengo: mis hijos y el té”.