Cuenta el cocinero vasco que “el primer recuerdo que tengo cocinando, tendría entonces doce años, es en casa, siguiendo las indicaciones de mi madre para preparar una salsa de tomate… y es que la cocina forma parte del patrimonio de una familia, se trata de un bien preciado que se transmite de generación en generación”. En su nuevo, voluminoso y bello libro (“En familia con Karlos Arguiñano”, Planeta, $449) publica una serie de más de 350 recetas muy sencillas de preparar, con la idea de que puedan ser compartidas con los seres queridos. Sin sofisticaciones, pero con platos de calidad, se trata de cocina casera, económica, saludable y con productos de temporada, que son utilizados en los distintos capítulos según esta clasificación: Verduras, Legumbres, Arroces, Pastas, Sopas, Cremas, Huevos, Carnes, Pescados, Mariscos y Postres. Y, como dice Arguiñano, “un ingrediente que nunca puede faltar: el cariño. Y en la familia, cuanto más, mejor”.