Helados en palito, la nueva generación

Gourmet

Cuando parecían destinados al olvido o al consumo infantil, volvieron con sabores sofisticados, elaboración artesanal y espíritu gourmet.

Hasta hace realmente poco tiempo, los helados en palito eran apenas una opción económica para salir del paso en una salida familiar. Y los sabores, los de siempre: crema, chocolate, frutilla, vainilla; bañados (bombón), o bien los de agua (limón, frutilla, ananá) y poco más). La novedad es que, si bien no tan económicos, estos helados en palito de la nueva generación, a diferencia de los anteriores, pueden competir con el helado artesanal tradicional, y a menor precio.

Simples, rellenos o bañados, cremosos o frutales, con o sin topings, los nuevos palitos, rebautizados “paletas” suelen tener alrededor de 140 gramos de helado, lo que los convierte en una muy buena alternativa en la relación calidad-precio. Pero además, y no es poco, los gustos disponibles se van acercando, en número y variedad, a los disponibles en las heladerías artesanales tradicionales.

Así, en los distintos locales, stands y puestos móviles donde se expenden estos helados, a los que se comenzó a denominar “paleterías”, hoy pueden disfrutarse sabores como Dulce de leche granizado, Dulce de leche con nougat de chocolate y avellanas, Chocolate belga, Chocobomba, Crema de cookies, Frutos del bosque, Doble dulce de leche, Chocolate con maracuyá, Frutilla con leche condensada, Baileys, Coco con dulce de leche, Banana split, Kiwi, Multifruta, Maracuyá con leche condensada, Kinder Bueno, Bananita Dolca, Chicle y los “alcohólicos” Mojito, Caipiroska y Caipiroska de Frutilla, entre otros, en una lista que se está actualizando constantemente.

La nueva tendencia se da en un mercado, el argentino, donde se consume un promedio de 7 kilos de helado artesanal per cápita y por año, según datos de la Asociación de Fabricantes Artesanales de Helados y Afines. Y en el que, además, se vende alrededor de 17 millones de litros de helado industrial, con más del 69% de la población consumiendo algún tipo de helado durante el año, independientemente de la estación y de la temperatura.