Gin made in Argentina

Gourmet

Con algunos toques de sabor local, ya son varios los que se producen en el país.

Desde el lanzamiento hace cinco años de Príncipe de los Apóstoles, el gin creado por el bartender Tato Giovannoni que es elaborado en Mendoza e incluye yerba mate y piel de pomelo rosado en su composición y que resultó un éxito, la misión imposible de producir gin en la Argentina dejó de serlo. Es que en el país donde el gin tonic sigue siendo uno de los tragos más pedidos, más allá de las modas, otros emprendedores decidieron sumarse a la movida local del gin industria nacional. Y como el gin es un destilado de diversas frutas (las más utilizadas, las bayas de enebro), invita a la experimentación.

Así, hay un gin de Malbec, el primero del mundo, marca Hilbing (premiado este año en Destillata, Austria, con medalla de bronce), que Hilbing Franke Distillery, también creadora de la grapa Aniapa, produce en Mendoza, con uvas pasas de Malbec y otros ingredientes como enebro y coriandro. En tanto, el Heredero de la Bahía, cuyo ingrediente botánico principal es la piel de mandarina (como en la variedad de té Earl Grey), además de enebro, cilantro,  cardamomo y romero, se produce en La Paz, Entre Ríos, en una de las regiones del país con mayor y mejor producción de mandarinas. 

La lista continúa con el gin Macedonio & Heráclito, elaborado por el perfumista Julián Vera, cuya fórmula incluye doce ingredientes botánicos, entre ellos el siempre presente enebro y flores rojas. Y con las marcas Buenos Aires Gin y Moonshine 50, dos variedades de gin artesanales creadas por los hermanos Franco y Bruno Moretti y producidas en Cipolletti, Río Negro, por la destilería Noctua, de la hermana de ellos, con 13 botánicos en su composición, entre los que se destacan la naranja, el jengibre y el limón. Y cierra, por ahora, con el gin D-1313, que la destilería Helmich produce en El Calafate, Santa Cruz, con agua pura del Cerro Frías, cercano al Glaciar Perito Moreno, y un blend de 13 botánicos.