A tono con la tendencia de, además de consumirlo, hablar del vino, Felipe Pigna repasa casi cinco siglos de historia de la popular bebida, que es además emblema cultural de Cuyo y otras regiones de la Argentina. En “Al gran pueblo argentino salud. Una historia del vino, la bebida nacional” (Editorial Planeta, $169), el historiador recorre el largo camino que va de las primeras “plantas de viña” traídas de Chile en 1557 y cultivadas en Santiago del Estero (recién en 1561 llegaron a lo que hoy es Mendoza) hasta el decreto del año del Bicentenario que lo declaró bebida nacional por ser “un elemento básico de la identidad argentina” y la sanción en 2013 de la ley 26.870 de desarrollo, difusión y promoción del vino argentino.En el medio están los comienzos más artesanales, el desarrollo de una industria vitivinícola, el auge del consumo y su brusca caída en las últimas décadas, la consolidación de un mercado interno de alta gama y consumo gourmet y la presencia del vino argentino en el mundo con su nave insignia: el Malbec.