Falsarius
“Para comer bien no hace falta mucho tiempo, ni productos caros, ni saber cocinar. Ni siquiera nitrógeno líquido, aunque pueda parecer mentira. Y no sólo se puede comer bien sino que, además, se puede quedar como un príncipe ante las visitas, recurriendo a algo tan sencillo como la impostura. Engañar, eso es lo que aquí pretendemos. Engañar a la vista, al olfato, al gusto y hasta al bolsillo. Pura farsa, aunque esta vez por la noble causa de la gastronomía y el cuidado de nuestro ego”. Así se presenta el español Falsarius Chef, un fenómeno de la que podría denominarse “contracultura gastronómica” basada en el humor, la desmitificación y, por qué no, el sentido común.
Un rebelde de la cocina con un blog creativo y que alimenta con frecuencia (http://www.falsariuschef.com/), más de 26.000 seguidores en Facebook (www.facebook.com/falsariuschef), libros como “Cocina para impostores”, “Cocina sin humos” o el provocador “Grandes éxitos de la cocina para impostores. Recetas de cocina con latas, botes y congelados para cocinar como un auténtico chef”. Que de eso se trata la filosofía de Falsarius: no del engaño, sino de la impostación. Es decir, parecer un poco “más” de lo que realmente se es.
Lo que hace Falsarius es, en mayor o menor medida, lo que muchos de los sufrientes cocineros y cocineras a la fuerza, que deben enfrentarse al apetito propio y de los suyos a menudo desarmados y sin tiempo para la creación. Propone entonces recurrir a lo que se tiene a mano y darle una pequeña vuelta de tuerca para que se parezca, o se acerque, a esos platos que se ven en la tele. El resultado, más allá del “chiste”, es un compendio de recetas verdaderamente útiles, aligeradas aun más por su humor, capaces de armar centenares de menúes para quienes no tienen tiempo, o deseo, de pensar qué hacer para la cena. Las recetas en video, además, tienen la virtud de lo didáctico y la gracia de su creador.
Desde el “anonimato” (su rostro aparece siempre con anteojos y nariz de cotillón), el propio personaje cuenta en www.huffingtonpost.es/falsarius-chef/: “No se sabe mucho de Falsarius Chef. Por lo visto hace años hizo un meritoriaje en El Bulli pero tuvo que dejarlo por un enojoso asunto con unos cubiertos de plata. ‘No los robaba —declararía entonces— los estaba deconstruyendo’. También fue invitado a abandonar Arzak cuando prestaba allí sus servicios porque se comía el jamón del relleno de las croquetas y Juan Mari se cabreaba. ‘Le ponen mucho’ —aseguran que dijo con esa artística sensibilidad que ya apuntaba en él. Tras estos primeros contratiempos, fue durante una temporada reponedor (sic) en un supermercado, lo que le familiarizó con el mundo de las conservas y los congelados a los que es tan afecto y en los que descubrió un sinfín de posibilidades gastronómicas. De allí surgió la idea de las ‘gambas con gabardina sin gamba’ que fue seguramente su primera creación de repercusión internacional”.