El shawarma se suma al menú
Nacido en el Mediterráneo, tiene distintas denominaciones según su origen específico: Döner Kebab en Turquía, Gyros en Grecia y Shawarma en los países árabes de la zona, el nombre por el que se lo conoce mayormente en la Argentina, donde su presencia comenzó a expandirse en los últimos años como alternativa étnica de comida rápida. Se trata de un sándwich armado en una tortilla de trigo o pan Pita que lleva finas láminas de carne cocida durante horas en el típico spiedo vertical (también se puede cocinar al horno) y acompañado de vegetales crudos y salsas, por lo general a base de yogur y/o salsa de sésamo.
Tradicionalmente, y por su abundancia en la región original, se hace con carne de cordero, pero también se usa carne vacuna e incluso pollo. Las carnes se cortan en finas láminas que por lo general se marinan durante varias horas en una mezcla de vinagre, limón, sal y hasta una veintena de especias, entre las que suele no faltar el baharat. Para cocerlas al spiedo se las clava en el pincho y se las va encimando de manera bien compacta. Antes de empezar la cocción se deja esa torre de carne al frío envuelta en film, para que se compacte aun más. También se puede preparar, con la misma técnica, con carne picada bien condimentada y aglutinada en torno al pincho del spiedo.
Los primeros shawarma porteños se comieron hace tiempo en el Once, desde donde fueron ampliando lentamente su radio de acción hacia Abasto, Almagro, Villa Crespo y Palermo, y últimamente también hacia el Microcentro, Tribunales y el Barrio Chino, entre otros destinos. En su formato de fast food está siendo cada vez más adquirido por los jóvenes, quienes lo utilizan para terminar la noche, a modo de compensación de otros consumos que les abren el apetito. Y también por los oficinistas y ocasionales visitantes del Centro porteño, quienes encuentran en esta especialidad de Medio Oriente una novedad gastronómica para los mediodías, y una alternativa a los menúes al paso habituales.