Trilogía involuntaria
Trilogía formada por las tres primeras novelas del escritor uruguayo Mario Levrero, La ciudad (1970), París (1980) y El lugar (1980), forma parte de una vasta edición de sus obras realizada por los sellos Literatura Random House y Alfaguara. Nacido en Montevideo en Montevideo en 1940 y fallecido en la misma ciudad en 2004, Mario Levrero (en realidad Jorge Mario Varlotta Levrero) fue un personaje extraño y sumamente talentoso que alternó en su vida y en su obra los oficios y registros más dispares. Fue humorista, creador de crucigramas, redactor de revistas médicas, cineasta, oficinista y hasta librero de textos viejos. Y en su faz literaria, cultivó géneros tan dispares como la parapsicología, el cuento, la novela o el ensayo. “Con aire de escritor maldito, pero sin ningún aire de tragedia –dice Constantino Bértolo, uno de los tres prologuistas de su obra que se incluyen en esta edición-, levantó un universo literario caótico, distorsionado, cruel, asfixiante. Ironía a raudales y humor de toda clase: negro, gris, blanco, verde. Poco o nada amigo de la literatura, asomado al folletín, a lo gótico, a lo absurdo, a la ciencia ficción o a lo fantástico. Autor inclasificable, francotirador, reciclador de literaturas de nula o escasa consideración y al mismo tiempo certero analista de la obra de Kafka, Chandler, Onetti o Cortázar.”
Las tres novelas de este volumen, que él mismo definió como trilogía involuntaria, tienen en común el escenario urbano, inconcreto en el caso de La ciudad y El lugar y reconocible en el caso de París, aunque la representación de la mítica Ciudad de las Luces es más simbólica que realista, si bien no faltan referencias identificables de ella en el texto. Levrero decía que en la instalación como tema de una ciudad o un espacio vital más que la búsqueda consciente de una unidad constructiva, lo que se persigue es “construirse a sí mismo.” De ahí que, con un marcado clima de subjetivismo y a menudo de sueño, lo que se percibe en el devenir de los protagonistas de las tres novelas es un cierto aire de intemporalidad, de travesía en la neblina o la confusión. “En ellas la crítica ha venido señalando la influencia kafkiana: sentimiento de acoso, de incomprensión, de incomunicación y, en cierta manera, la trilogía puede agruparse bajo la sombra del escritor de Praga, si bien entendemos que lo kafkiano en Levrero responde más a un aire de estirpe que a una verdadera relación familiar sostenida por estrechos lazos literarios”, afirma el propio Bértolo, quien a su vez vincula su universo estético al de Beckett, Arrabal, Gombrowicz o al propio Conde de Lautréamont.
Para quienes no han abordado todavía a Levrero, un autor latinoamericano para muchos todavía desconocido, esta edición los acercará al conocimiento de sus tres magníficas novelas y les servirá de estímulo para avanzar en la lectura de otros textos fundamentales suyos, como por ejemplo El discurso vacío o La novela luminosa. Un recorrido que es imprescindible atravesarlo por lo que aporta de descubrimiento de un autor esencial.