Tiempo de revancha
La película Tiempo de revancha, filmada y estrenada durante la última dictadura que asoló al país, es una de las mejores de su director, Adolfo Aristarain, y seguramente una de las más notables que ha dado el cine argentino en su historia. Amante confeso del thriller norteamericano, Aristarain eligió ese género para contar un fragmento en la vida de Pedro Bengoa, un desocupado que consigue trabajo en una empresa minera y luego urde con un viejo conocido una maniobra para ser echado e indemnizado. Y de ese modo salvarse. Pero todo se le complicará en su vida como consecuencia de esa decisión que ha tomado. Sin hacer ningún panfleto socio-político sobre la situación que vivía el país, el director, que es autor también del guion, va introduciendo en su narración distintos temas y peripecias que hacen pensar al espectador a cada instante en los valores éticos que se ponen en juego en las conductas de los hombres y también situaciones que por su cotidianeidad –como son las que ocurre en los centros laborales- llenan de rechazo y vergüenza, y hasta dolor, a quienes las ven y comparan con las que soportan ellos mismos.
Un capítulo particularmente interesante para reflexionar es cómo la película logró pasar las redes de la censura, que frente a la calidad de la película y el hecho de que ya estaba muy publicitado su estreno, no opuso objeciones luego de verla. Sí, se produjeron esas objeciones después de estrenada la película, donde varios alcahuetes del régimen, sobre todo en los medios periodísticos, alertaron y protestaron por lo que calificaban como un descuido imperdonable. A algunos responsables de la censura les habrá costado un buen tirón de orejas. A treinta años de su estreno, es un verdadero hallazgo de los Clásicos de Argentores haber publicado el guion del film y presentarlo con un estudio previo muy sustancioso de la guionista, docente e investigadora Irene Ickowicz. Los amantes del cine nos e pueden perder esta joyita, que se presentará en la próxima Feria del Libro de Buenos Aires.