Macristocracia
¿Podría ser el gobierno de Mauricio Macri y su equipo de colaboradores empresariales distinto de lo que es en el presente, actuar de otra manera? ¿Podría modificar su lógica de pensar y actuar si alguien le explicara que lo que hacen no está bien, que el suyo es un camino ya probado rumbo al desastre y que perjudica a mucha gente? De hecho, esto parecería no ser posible, según lo establece el desarrollo de este libro. Y eso por la sencilla razón de que el comportamiento de los integrantes de este gobierno está marcada por la profunda convicción de que los problemas del país requieren una sola y exclusiva solución: beneficiar a determinados actores de la economía, los ricos para decirlo con brevedad, al mismo tiempo que ignoran olímpicamente a otros. Y que esa convicción –en rigor una ideología, aunque ellos nieguen tenerla y repiten que han arribado al mundo de la política sin ideología alguna- ha sido mamada a lo largo de una larga formación en los centros de poder y se ejerce con una determinación dogmática tan extrema y segura de sus posibilidades que, aunque su aplicación en el planeta haya conocido distintos fracasos y nunca haya demostrado ni una de las virtudes que se le asignan, siguen aplicándola.
De esa elite de poder forman parte los distintos funcionarios de este gobierno en sus diversas escalas. En esa cuna y en ese ambiente de oro y lujos se educaron, formaron familias, adquirieron los conocimientos que hoy sustentan, mantienen amistades y hacen negocios todos ellos. Tal vez con matices en cuanto al origen de su abolengo, pero todos convencidos de que son los únicos con el suficiente mérito y capacidad para llevar adelante los destinos de la sociedad. “Una de las estrategias del PRO, y luego de la alianza Cambiemos –afirma Fernando Cibeira, autor de este trabajo-, fue mostrarse como ‘lo nuevo’ en política, una fuerza que venía a reemplazar a los desgastados partidos tradicionales. Puede que la fuerza sea nueva, pero muchos de sus integrantes descienden de familias que han pertenecido a los círculos de poder desde hace décadas”. De ese rancio poder, podríamos añadir, que se ha beneficiado esquilmando al país en algunos casos hace más de un siglo.
Conocer ese “entorno partidario” formado a partir de esa elite es el camino por el que conduce este autor al lector para que entienda también la ideología que este gobierno profesa no poseer. Para que entienda qué es lo que pretende esa ideología para este país y cuáles son las medidas mediante las cuales los nuevos CEOs de este elenco intentan seguir garantizando que el linaje económico y social que siempre tomó las decisiones más importantes de la historia argentina –llevándola una y otra vez a la crisis- siga tomándolas. Meritocracia es muy exhaustiva investigación que repasa el pasado de estas familias que componen hoy el macrismo y en las que se notan claras las raíces de una prosapia que se viene beneficiando con las riquezas del país, como lo han hecho los Braun, los Bullrich y los Luro desde las campañas contra los indios; o como lo han hecho con los gobiernos dictatoriales los Pinedo, Rodríguez Larreta o los Massot. De esos grupos, que pregonan el “emprendurismo” y el mérito como forma de progresar en la sociedad, siendo que casi ninguno de ellos es símbolo de ese mérito sino solo tributarios de millonarias fortunas de sus padres o abuelos, empezando por la del presidente. Un aporte valioso y digno de leerse el de Fernando Cibeira.