Martinsson, el infaltable colega que trabaja en la policía de Ystad junto al inspector Kurt Wallander, le anuncia un domingo que ha conseguido en las afueras de Löderup una casa como la que él busca para ir a vivir y pasar seguramente los últimos años de su vida con espacio y un buen perro. Se hacen los arreglos para ir a visitarla y ocurre que el inspector encuentra allí los restos de dos esqueletos que fueron enterrados allí hace más de cincuenta años. Y claro, este descubrimiento es el puntapié inicial de una pesquisa.  Kurt junto con Martisson y Stefan Lidman comienzan una investigación que ya, desde el comienzo, suponen que será ardua por la antigüedad que rodea al suceso. En esa investigación están, después de varias semanas sin muchas esperanzas de poder seguir avanzando, cuando un día Katja Blomberg, una conocida de Wallander, le procura una vieja caja de madera de sus padres donde aparecen antiguos dietarios, donde una persona de nombre Ludvig Hansson anotó indicaciones reveladoras. Una de ellas se refiere a tres vecinos estonios a los que les alquiló una casa al lado suyo en 1944. ¿Quiénes eran estas personas? Poco a poco, Wallander comienza a comprender que en esa pista puede estar la punta de una solución al misterioso asesinato unos cincuenta años antes.
    De lectura sencilla y atrapante, como todas las novelas de este inspector cuyas peripecias han sido llevadas a la televisión, Huesos en el jardín, como revela en un epílogo Henning Mankell, fue un relato escrito con destino a una publicación holandesa, que después la BBC la descubrió y llevó a la pantalla chica en la serie que interpretó el actor inglés Kenneth Branagh. Dice Mankell que al ver la película en la televisión se dio cuenta de que la historia seguía viva y que entonces al hacer una lista de todos los títulos publicados de Wallander decidió editar de nuevo este libro. Que, desde el punto de vista cronológico, es anterior a El hombre inquieto, la novela que cierra la serie sobre el famoso inspector. Para mayor interés de los fanáticos a las obras de Wallander, Mankell escribe y publica también en este libro un posfacio titulado: “Cómo empezó, cómo acabó y lo que ocurrió entretanto”, que describe las circunstancias que lo llevaron a escribir cada una de las novelas dedicadas al inspector sueco