Libros recomendados: Esperanza sin optimismo de Terry Eagleton
El planeta se ha inundado de falsos impulsores de una supuesta alegría que debería animar a la gente cuando, en realidad, hay cada vez menos motivos para profesarla. Cada día, al hombre sensato, capaz de detectar los verdaderos males del mundo, se le acentúa, y muy a su pesar, lo que Raymond Williams llamaba “sentimiento de pérdida de un futuro”. Frente a esa ola de profetas de un optimismo banal y sin sentido, a esa prédica de ciertos mercachifles que quieren vender “fe, seguridad y esperanza”, el gran ensayista y crítico de arte inglés Terry Eagleton ha escrito este hermoso libro, lleno de ironía pero también de reconfortantes y agudas reflexiones, donde habla de la esperanza y de su diferencia con la jovialidad vacía de los lemas publicitarios o de las promesas de una felicidad que el vandalismo depredador del capitalismo se encarga de alejar cada vez más de nuestro horizonte.
Eagleton indaga en el concepto de esperanza tal como se lo ha entendido, a veces erradamente, a través de los siglos y propone que se la pueda comprender como una práctica comprometida y rigurosa en la que se debe reconocer el fracaso y la derrota cuando ocurren, sin capitular, sin embargo, ante esos tropiezos. En cierto sentido, dice Eagleton, el optimismo está más relacionado con la confianza que con la esperanza y carece del exigente compromiso de ésta, de la reflexión constante que demanda. Henry James decía que las aberraciones del optimismo superficial sembraban el camino de los hombres de pequeñas partículas de cristal roto. Theodor Adorno agregaba que los pensadores que nos presentan la verdad lisa y llana (tenía a Freud en la mente cuando afirmaba esto) hacían a la humanidad un servicio mayor que aquellos que desparraman vanas y estúpidas ilusiones. Ilusiones sin fundamento, desde luego, no ilusiones dignas de ser vividas. Eagleton considera lo mismo y arma en este texto un itinerario de exploraciones, hallazgos y aciertos conceptuales para sostener lo que argumenta. Y convence sin apelar a ningún pliegue oscuro ni edulcorado, solo mostrando clara y bellamente lo que expone y sometiéndolo a la inteligencia activa de sus lectores. Un libro cuya lectura nadie debería perderse.