¿Se puede hace una lectura de algunas figuras históricas del cristianismo para hablar también de la actualidad? Sin duda, y es lo que hace Emmanuel Carrére, el extraordinario escritor francés que ha deslumbrado al público de su país y de otras naciones con novelas como El adversario, Un novela rusa, De vidas ajenas o Limónov, donde aborda temas históricos, filosóficos, de aventuras o sobre la dignidad humana en un estilo que, gracias a su ritmo vertiginoso y envolvente, logra que el lector recorra sus monumentales construcciones literarias con la facilidad y el interés que se dedica a un paseo gozoso. En esta novela se entrecruzan dos tramas y dos tiempos: en una está la propia vivencia del autor que abraza la fe en un momento de intensa crisis espiritual causada por su adicción al alcohol y la ruptura de una complicada relación amorosa. La otra historia se apoya en dos personajes: la historia de Lucas el Converso, que de lapidador de cristianos pasa a difusor de la nueva fe, y de Lucas el Evangelista, que escribe la vida de Jesús y le permite al autor hurgar de otro modo en los evangelios primigenios. Lo interesante es el enfoque que Carrére le concede a esta investigación en esos materiales, porque de esa lectura surge clara su valoración del cristianismo como un hecho de subversión radical, que privilegia el buen tratamiento a los pobres y posterga las demandas de los ricos. En esta fundamental inversión de los valores con que se ha manejado la Iglesia durante años, el escritor encuentra una verdad esencial acerca de cómo replantear la mirada sobre el mundo actual. Como dice uno de los comentarios de este libro: El reino se lee como “una novela de aventuras, fascinante, erudita y a menudo muy divertida.” No hay dudas que el lector la disfrutará y para quien no lo ha leído antes al autor lo convocará a explorar en sus anteriores obras.