Para quien frecuenta desde hace años los trabajos de la escena argentina y su bibliografía teatral, el nombre de la dramaturga argentina Susana Torres Molina no puede menos que resultarle familiar.  Con más de treinta textos teatrales estrenados a lo largo de su enjundiosa trayectoria como autora, muchísimos premios y distinciones como personalidad de la cultura, su figura no porta solo familiaridad sino también una voz de profundo compromiso con los grandes temas y problemáticas de la realidad argentina. Una voz que, como señala el dramaturgo e investigador Gabriel Fernández Chapo, en uno de los dos prólogos del libro que comentamos, explora esa realidad mediante un lenguaje dramático en el que convergen materiales físicos, simbólicos y metafóricos dirigidos a generar sobre el escenario un suceso poético e ideológico, una teatralidad profunda y movilizante. En las páginas de las obras de Susana Torres Molina hay siempre una elusión de los caminos explícitos o rudimentarios, como una forma de ahondar  en la complejidad de las relaciones humanas y formular interrogantes que obliguen al espectador a pensar por sí mismo en lo que esas pinturas significan. A que desenrede las madejas que envuelven las relaciones entre las personas, a fin de ver con más claridad los vínculos de poder que se establecen entre ellas y los distintos sometimientos, maltratos e injusticias que algunas  propinan a las otras. Este libro, denominado Hendiduras, un poco para graficar esas grietas que los textos abren al espectador para observar detrás de las apariencias, está integrado por ocho textos dramáticos de distinta extensión estrenados en teatros de Buenos Aires entre 2007 y 2016. Es un libro que se suma a la ya vasta producción publicada de la autora y que el lector encontrará provechoso y enriquecedor leer.