Manual de dramaturgia publicado hace ya ocho años, Escribir teatro, del dramaturgo, maestro, ensayista, periodista y guionista de cine y televisión Ricardo Halac, había agotado en poco tiempo su primera edición, dejando la sensación, entre el público que no llegó a adquirir un ejemplar de la primera tirada, de que en algún momento el autor debía abocarse a una nueva versión. Los insistentes llamados de libreros amigos pidiéndole a Halac si no guardaba aún ejemplares de aquella edición agotada, terminaron por convencer a éste de que era necesario hacerlo. Pero incorporando en el flamante volumen la reescritura de algunos pasajes, modificando ciertas palabras por otras (enfrentamiento por conflicto, táctica por comportamiento, configuración por estructura, por citar algunas) que le parecían expresaban de manera más exacta el contenido de aquello a lo que se referían y, por último, hacer una puesta a punto general de las técnicas dramatúrgicas que ya venía desplegando en su trabajo anterior.

Con una larga experiencia en la docencia, muy especialmente en los cursos desarrollados en Argentores, Halac ha sido un testigo privilegiado del modo en que la pedagogía ha influenciado en el enriquecimiento de las nuevas generaciones de nuevos dramaturgos, al punto que, en una década, según lo confiesa el propio dramaturgo, se ha visto un verdadero salto cualitativo en la producción de obras. Sin duda, en ese cambio, la labor de muchos excelentes pedagogos, pero también la influencia de este libro (uno de los escasos materiales que existen sobre el tema en el mercado), han sido en parte responsables de haber contribuido a potenciar ese fenómeno. Este manual brinda para cualquiera que se quiera iniciar o para autores con alguna experiencia un conjunto de conocimientos indispensables para comprender los mecanismos de la dramaturgia actual, conocimientos que infinidad de ejercicios prácticos ayudan a descubrir y consolidar a lo largo de sus páginas. Conceptos como el personaje, el enfrentamiento, el desenlace, el final, el subtexto y las temáticas contemporáneas, que incluyen lo político, lo social, lo familiar y lo privado, una y otra vez son tratados en sus páginas con puntillosa precisión y didactismo. Halac afirma que su aspiración máxima en la vida consistió siempre en ser un hombre de teatro, concepto que define así: “Hombre de teatro es alguien que aúna en su pecho el sentir de una época con el talento que logró juntar para expresarla.” Y que finaliza redondeando, con otra afirmación: la de que si ese objetivo fue logrado por él, eso debe reflejarse tanto en este libro como en sus obras. Los lectores tienen la palabra.