El teatro en el primer peronismo (1943-1955)
Ha sido habitual oír decir a algunos cultores de la actividad teatral –y aún hoy se oye- que el peronismo no tuvo como movimiento partidario una política cultural para el país, y menos, en el caso específico del quehacer teatral, un dispositivo de apoyo a él durante su primer gobierno. Este libro de la excelente historiadora e investigadora Perla Zayas de Lima, autora de una importante y esclarecedora bibliografía de temas teatrales, intenta demostrar –y lo logra- que esa idea es errónea. No es el único objetivo de este ensayo, pero sí uno de ellos y de los más relevantes. Consciente de que “la historia no es neutral” ni tampoco “el modo de ir hacia ella”, como ha dicho Cristina Escofet, pero también de que como historiadora debe aportar una documentación fundamentada y una búsqueda de sentido a sus datos, el propósito de esta estudiosa, logrado con amplitud, es no caer jamás en los reduccionismos binarios; señalar con rigor crítico todo aquello que cree debe ser objetado y al mismo tiempo no dejar precipitarse en el olvido hechos acaecidos que fueron significativos, a fin de encontrar un espacio de reflexión que pueda servir para nuestro presente.
“Este trabajo deberá ser entendido –dice la autora-, ante todo, como un intento de reconstrucción, de reinterpretación y reordenamiento de fragmentos que tiene como principal objetivo entender las causas y los efectos (estéticos, sociopolíticos y culturales) que el peronismo generó al intervenir de manera activa en la vida teatral de nuestro país: la división y oposición entre peronistas y antiperonistas y la visión del adversario político como enemigo, la censura y exilio; pero también una nueva mirada en lo que afecta específicamente a la recepción. Y reflexionar, a partir de la incidencia de una política de Estado en distintas manifestaciones culturales y específicamente en el campo teatral, sobre el papel y la pertinencia de una política d Estado para la cultura, y los diferentes grados de conflictividad entre ella y la práctica escénica. Mi atención se centra, consecuentemente, en las relaciones entre el teatro, la política cultural del peronismo –instrumentada en obras y discursos que imponen una ideología- y la creación de mitos que se consolidan a través del hecho escénico, un teatro destinado a formar parte de la liturgia política que fue promovida desde el gobierno.”
Estructurado en nueve capítulos, una recapitulación final y dos anexos, cada uno de los rincones de este libro es atractivo por su claridad y la profusión de datos con que cada afirmación se sostiene. Solo por señalar alguno en particular, son muy recomendables las semblanzas que Perla Zaya de Lima hace de dos grandes autores ligados al ideario peronista y a los que conoció personalmente: el ensayista y dramaturgo Juan Oscar Ponferrada, quien aunó de manera notable su compromiso artístico con el político; y el poeta y dramaturgo Leopoldo Marechal, a quien valoriza por su talento e integridad moral. Es también sabroso el anexo dedicado al teatro independiente, donde la escritora analiza la mala relación que tuvo el peronismo con ese movimiento teatral por esa época. En ese espacio, se explica cómo el Estado, para oponerse al teatro independiente, considerado elitista y extranjerizante, generó la aparición de distintos teatros vocacionales, auspiciados y en muchos casos solventados en lo moral y económico como un ámbito de la cultura nacional y popular. Allí, la investigadora ofrece también un condensado pero ilustrativo panorama de opiniones de estudiosos de la época sobre las características de cada uno de los grupos que pululaban por el medio teatral: profesionales, independientes, vocacionales, libres y otros. En fin, un libro indispensable para teatristas y para cualquiera que quiera adentrarse con profundidad en un tramo tan decisivo y puntual de nuestra historia.