Cuentos completos de Roberto Arlt
En la primera edición de su libro Crítica y ficción, Ricardo Piglia da una extraordinaria respuesta a una pregunta que le hacen acerca de la razón de la actualidad de Roberto Arlt: “Las novelas de Arlt parecen alimentarse del presente, quiero decir, de nuestra actualidad. Si hay un escritor profético en la Argentina, ese es Arlt. No trabaja con elementos coyunturales, sino con las leyes de funcionamiento de la sociedad. Arlt parte de ciertos núcleos básicos, como las relaciones entre poder y ficción, entre dinero y locura, entre verdad y complot, y los convierte en forma y estrategia narrativa, los convierte en el fundamento de la ficción.” Advirtamos que Piglia se refiere solamente a las novelas del autor de Los siete locos, que sin duda son la piedra angular de su obra, de su universo poético. No obstante, se puede decir que gran parte de ese universo sigue latiendo tanto en su producción teatral como en la de cuentos. La publicación en Six Barral de los cuentos completos de este escritor argentino es una buena oportunidad, para quienes que no los han leído de comprobar eso. Este volumen está conformado por tres títulos principales: El jorobadito, El criador de gorilas y Otros cuentos. Resulta que los dos primeros están integrados por los relatos que Arlt seleccionó en 1933 y en 1941 para los dos libros que llevaron las denominaciones mencionadas. En cambio, Otros cuentos pertenecen a una sección formada por textos que él publicó en diarios y revistas y que ahora se concentran en este aporte editorial. Para quienes no hayan leído “El jorabadito”, “Escritor fracasado” o “Ester Primavera” al leerlos podrán tener una verdadera dimensión de la fuerza narrativa de Arlt y su excelencia en el género breve. Lo mismo en algunos de los cuentos de El criador de gorilas. Todo ese mundo duro y loco de los personajes de Arlt refulge allí con un inusitado resplandor. En una dedicatoria que le hace a su mujer, Carmen Antinucci, le advierte: “No repares en las palabras duras. Los seres humanos son más parecidos a monstruos chapoteando en las tinieblas que a los luminosos ángeles de las historias antiguas”. No hay que retroceder hasta la época del autor de El juguete rabioso para comprobarlo. Idéntico panorama nos rodea hoy: muchos hombres chapotean en la bajeza, en la ruindad, en la crueldad, que fue y sigue siendo el universo escalofriante de Arlt. De allí la certera intuición de Piglia. En cuanto al contexto donde se desarrollan los relatos hay que decir que algunos transcurren en algún arrabal porteño, en realidades más bien cercanas, y otros en paisajes distantes, como en la selva africana, o los barrios del hampa norteamericana. En ese signo de cierta artificiosidad de esos cuentos, Piglia encuentra también un dato de anticipación: el de la devoción que cierta parte de la sociedad sentiría por los escenarios y productos de Hollywood o de las grandes superproducciones llenas de efectos del cine actual.