Carne de Rosa Montero
Autora prolífica y muy reconocida en las letras de su país y de otras latitudes, la española Rosa Montero ha entregado al mercado infinidad de novelas –muchas de las cuales han sido premiadas-, cuentos y ensayos. El círculo de sus lectores es amplio desde hace ya un largo tiempo, de manera que la aparición de uno de sus libros es siempre motivo de alborozo o, por lo menos curiosidad, sobre todo por la calidad de la producción que ya se conoce de ella y por el hecho de ser una escritora que siempre intenta sorprender y entretener al lector. En esta obra, la protagonista es Soledad, una curadora de arte que contrata a un gigoló y electricista, Adam, para que la acompañe a una función de ópera con el objeto de dar celos a un ex amante. Pero la aparición de un hecho imprevisto y violento complica todo y es el punto de arranque de una relación riesgosa, entre otras cosas porque ella tiene 60 años y él apenas treinta.
Soledad es una misántropa que ha sido abandonada por su padre y que tiene una gemela que está internada en un psiquiátrico. Y que no lleva una vida emocionalmente fácil, más bien lo contrario. Y que, de pronto, se encuentra atada a la necesidad de amar y a la gloriosa tiranía del sexo, pero que lucha a brazo partido para aferrarse a una racionalidad que le impida caer en la locura y la muerte. Desde el humor, pero también desde la rabia y la desesperación, Rosa nos retrata en la existencia de Soledad los estragos del tiempo, del miedo a la muerte, del fracaso de las relaciones de amor pero también de la esperanza siempre renaciente de volver a encontrarlo. La novela juega también con las historias de escritores malditos de una exposición que está organizando ella para la Biblioteca Nacional, tan increíbles y estrafalarias que a veces cuesta imaginar que la vida la vida de un ser humano puede llegar a esos límites.