Tecnología y fútbol: más dudas que certezas

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El ente que define las reglas del deporte vuelve a reunirse para analizar la pruebas hechas el último año. Acá repasamos las principales polémicas.

 

Mientras la incorporación de nuevas herramientas tecnológicas como soporte de las decisiones arbitrales en el fútbol sumará un nuevo capítulo el próximo 3 de marzo cuando el International Football Association Board (IFAB) se reúna en Wembley para evaluar las pruebas que se realizaron en el último año, el debate y la polémica siguen abiertos luego de que en el mitin del año pasado el organismo que fija las reglas del juego encarara lo que ellos mismos definieron como la “mayor revisión” del reglamento en los 130 años de historia.

Aunque la modificación de las reglas abarcó aspectos no tecnológicos (como la posibilidad de que el pase inicial no tenga que ser hacia adelante), lo que suscita mayor controversia es la cuestión del videoarbitraje (VAR, según sus siglas en inglés). En concreto, en 2016 se dispuso iniciar una fase de experimentación en algunos partidos y certámenes que consistió en la incorporación de un asistente del árbitro que con acceso a la repetición de jugadas pueda comunicarse con el juez principal para informarle que vio en determinadas jugadas. El sistema se probó en algunos partidos internacionales amistosos y en el Mundial de Clubes, entre otros. Esta primera evaluación servirá para definir cómo seguirá el testeo en 2017 y preparar el terreno para una decisión definitiva en marzo de 2018.

Aunque la tecnología ya ha sido incorporada a otras disciplinas y su uso parece haberse ido naturalizando, en el fútbol genera mayores resistencias. Y es que el deporte más popular del mundo tal vez tenga una mayor cantidad de situaciones “de interpretación” que el resto. Por eso, los más puristas sostienen que convivir con el error del árbitro es parte misma del juego. Basta con recordar el gol de Maradona con la mano a Inglaterra en México 86 para dimensionar el tamaño de la polémica: mientras muchos vieron una “picardía” no exenta de su inigualable talento, para otros se trató de un acto completamente deshonesto. Lo cierto es que jugadas como aquella han tenido lugar a lo largo de toda la historia y de todo el planeta. Y si bien es cierto que una jugada puede definir un partido (y una clasificación o un título), también es válido pensar que si un equipo es realmente superior a su rival debería ganar más allá de algún error arbitral.

 

Las facultades del VAR fueron clasificadas en cuatro tipo de situaciones: goles, penales, tarjetas rojas y confusión de identidad. La primera es naturalmente la que más incidencia tiene en el juego. Allí, el asistente ayuda al árbitro a determinar si se ha producido alguna infracción que amerite invalidar el tanto, como por ejemplo un offside previo. En la de los penales se busca garantizar que no se tomen decisiones erróneas en la señalización o no de la pena máxima. Basta pensar en cuántas jugadas de este tipo generan interminables polémicas aún con la posibilidad de revisar la acción para dudar de su eficacia. La misma potestad tiene el VAR con la decisión de expulsar o no a un jugador infractor. Por último, en la que parece tener menor nivel de conflictividad, el asistente puede informar al árbitro quién ha sido el infractor cuando no ha quedado claro para el árbitro principal.

 

Debut con polémica
¿Y cómo le ha ido al VAR durante las primeras pruebas? El testeo más importante tuvo lugar en el Mundial de Clubes, a fines de 2016. Y más que evitar polémicas, las encendió. Dos veces se acudió al árbitro asistente de video en el certamen. En la semifinal que Kashima Antlers le ganó por 3 a 0 a Atlético Nacional de Colombia, el club japonés abrió el marcador gracias a un penal que el referee no había visto inicialmente. Se trató de una falta cometida en un tiro libre que llegó al área en forma de centro. Allí, el colombiano Berrio derribó a su marca en una de esas tantas caídas que suelen darse entre las parejas que esperan un lanzamiento. Lo curioso (y polémico) de la situación es que el juego continuó durante 44 segundos más tras la infracción hasta que la pelota salió del campo. Y recién ahí, el árbitro húngaro Viktor Kassai fue advertido por el asistente. Cuando finalmente se decidió a consultar las imágenes a un costado de la cancha habían transcurrido casi dos minutos desde la falta.

La segunda aplicación se realizó en la otra semifinal, donde Real Madrid eliminó al América de México con un 2 a 0. Sobre el final del partido Cristiano Ronaldo recibió un pase filtrado en una posición dudosa y definió con acierto. El juez de línea no señaló offside y hasta ahí todo parecía normal, salvo algún reclamo de los defensores del América. La desprolijidad estuvo en los segundos que el árbitro principal se tomó para explicarle a los mexicanos que el asistente de video había chequeado el supuesto offside y que el portugués estaba habilitado. 

Antes de esta experiencia, el sistema se había probado en algunos partidos amistosos de relieve. Italia-Francia jugaron el 1º de septiembre el que fue el primer partido entre selecciones con el VAR. El árbitro holandés Bjorn Kuipers lo elogió tras el encuentro: “En el minuto 4 hubo una falta de Sidibé a De Rossi. Tuve dudas entre la amarilla y la roja. La videoasistencia fue muy útil y me dio la información en nueve o 10 segundos. Era amarilla. Y en la mano de Kurzawa que reclamaron los italianos en siete u ocho segundos me dijeron 'se juega'".

Más allá de las conveniencias
Por contar con los mejores jugadores del mundo en sus planteles, todo lo que sucede con el Real Madrid y el Barcelona suele adquirir una repercusión mundial mayor. En los últimos meses, la histórica rivalidad entre los dos grandes de España parece haber trasladado a la utilización del videoarbitraje. Tras el partido con América, los jugadores merengues y su entrenador Zinedine Zidane fueron bastante críticos con el sistema. “La televisión no funciona”, dijo Cristiano Ronaldo; “no me gusta”, tiró Karim Benzema; “crea mucha confusión, no es fútbol”, agregó Luka Modric. Aunque el Real no resultó perjudicado por la aplicación de la tecnología, los segundos en que estuvo en duda el gol legítimo de Cristiano incomodaron mucho a sus futbolistas.

Del lado del club catalán, la reacción fue la opuesta tras un partido en que fueron perjudicados justamente porque la liga española no utiliza el “ojo de halcón”. Por la 20ª fecha del certamen los blaugranas empataron en un tanto en su visita al Betis, pero el árbitro Alejandro Hernández no vio que un disparo de Luis Suárez había traspasado la línea de gol antes de ser despejado. Jugadores y dirigentes salieron airosos a reclamar la implementación de la tecnología.

El fútbol suele ser así. Las polémicas se cocinan al calor de la conveniencia o el perjuicio puntual. Sin embargo, la función de la ley es mucho más universal. A pesar de las dudas, la posición de la FIFA parece bastante firme en darle curso a la aplicación de la tecnología. Pero tranquilos, no se puede legislar hacia atrás. La mano de Dios seguirá siendo válida. 

 

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