Sergio Kun Agüero: el interlocutor de Messi
Tiene el record de ser el futbolista que más joven debutó en la Primera división de AFA. Fue campeón Sub 20 en Holanda ’05 y Canadá ’07, campeón Olímpico en Beijín ’08 e ídolo en los 3 clubes donde forjó su carrera: Independiente de Avellaneda, Atlético de Madrid y Manchester City. Pero esos envidiables pergaminos, para cualquier futbolista, no son el mayor atributo de Sergio “Kun” Agüero. A base de talento y sacrificio ha sabido ganarse el consenso general de ser el mejor interlocutor de Lionel Messi con la celeste y blanca.
Promedia el año 2005 y en una misma mesa almuerzan en el predio de AFA en Ezeiza cuatro jóvenes que días más tarde se consagrarían campeones del Mundo en Holanda. Ezequiel Garay y Lautaro Formica conversan con aire de admiración con quien hasta ese momento es un desconocido para los consumidores del fútbol doméstico de nuestro país. En la misma charla el joven sensación del fútbol argentino, viene de meter doblete ante Argentinos con la camiseta de Independiente, escucha atento a sus compañeros. Sergio Agüero de solo 17 años logró colarse en la lista de buena fe del seleccionado dirigido por Francisco Ferraro y no conoce a quien sus compañeros de ocasión escuchan atentamente narrar la historia de unas zapatillas que compró en los Estados Unidos. La comida prosigue y Agüero, en el que tal vez ha sido uno de los actos de transparencia y pureza más grandes de su vida, le pregunta al desconocido como se llama. Los tres comensales se sonríen y el mismo rubiecito de pelo lacio y sonrisa tímida y picarona toma la palabra y le contesta: Lionel Messi.
Aquella anécdota fue el comienzo de una gran amistad. Tanto dentro como fuera de la cancha. Hoy, a casi ocho años de aquel mediodía, pocos dudan que Sergio Agüero es el socio ideal de Lionel Messi. Compinches y compañeros de habitación en más de una concentración o en el verde césped, cada vez que construyen una pared, se han convertido en una gran esperanza para los hinchas argentinos. Desde que Alejandro Sabella, por la cuarta fecha de las Eliminatorias para el Mundial de Brasil 2014, decidió el ingreso del Kun ante Colombia en Barranquilla puede afirmarse que se vivió un momento bisagra para la albiceleste. El hombre del Manchester City entró para no salir más, y esto lo hace más que cómplice del envión anímico que se personificó en Messi y se ramificó en todo el equipo hasta colocar a Argentina en la cima de las eliminatorias. Aunque calificar a Agüero de actor de reparto sería una verdadera injusticia. Pero quién es este fenómeno, que como sostiene la canción que el grupo de cumbia Los Leales, “lleva el fútbol en la sangre”.
Enmarcado en el contexto de una Argentina que entraba en el fatídico camino que depararía en la hiperinflación de fines de la década del ‘80 Leonel del Castillo, un prometedor jugador de fútbol que llegó a integrar la reserva del primer equipo de San Martín de Tucumán, arribó a Buenos Aires junto a su mujer, Adriana Agüero, y su pequeña hija Jessica allá por 1987. Casi un año después, el 2 de junio de 1988, Leonel y Adriana dejaron su vivienda de La Matanza y tras un extenso viaje arribaron al Hospital Piñero donde a las 15.23 de la tarde nació su segundo hijo: Sergio Leonel. Por tratarse de menores de edad, Leo del Castillo solo tenía dos años más que Adriana Agüero, pudieron retirar a su bebe del hospital luego que un familiar mayor se hiciera responsable con su firma. Esa misma dificultad –la minoría de edad- les impidió anotar al niño con el apellido del padre. Así, quedó inscripto con el nombre elegido por ambos pero con el apellido de su progenitora: Sergio Leonel Agüero.
Por aquellos años los Agüero del Castillo se habían instalado en el Barrio Los Eucaliptus en el límite entre Quilmes y Bernal, luego de haber vivido en González Catan y Florencio Varela. Leonel, gracias a su habilidad para el fútbol, lograba adicionar algunos pesos a sus magros ingresos laborales jugando para ciertos equipos barriales que lo convocaban. En ese contexto el Kun –en honor a un dibujo animado de origen japonés- vivió su primer romance con una pelota de fútbol. La única atracción, para chicos y grandes, eran los tres potreros de piso de tierra. Allí desde los 3 años de edad Sergio comenzó a hacer de las suyas, siempre con la pelota debajo de la suela. El club Loma Alegre cobijó al talento predilecto del barrio desde muy pequeño. Cristian Formiga, su amigo de la infancia, recuerda que futbolísticamente hablando Sergio “parecía 5 años mayor que el resto de los chicos de su edad”. Y así fue como en picados el Kun cimentó una fama de potente y habilidoso delantero que hizo posar sobre él la mirada de entrenadores y representantes que vislumbraban en él, un futuro venturoso de Primera División.
En ese contexto Sergio ingresó al fútbol infantil de Independiente de Avellaneda. Enseguida quedó a cargo de Néstor Rámbert quien recuerda que su alumno "siempre trabajaba con una humildad terrible, que jamás se creyó ni más ni menos que nadie y que, aunque se notaba que sentía el fútbol como una diversión, pintaba para crack". Por aquel entonces, cuando tenía once años, sus fines de semana se transformaron en una cadena sucesiva de partidos de fútbol. Formiga recuerda que Leo, el papá del “Kun” se enojaba porque jugaba con los amigos y le decía que debía parar para priorizar su carrera en las inferiores del Rojo. “Había días que jugábamos en el barrio a las 7.30 de la mañana y, como regía la regla que si ganabas por siete goles se terminaba el partido, él (Sergio) hacía todos los goles rápido. Entonces así a las 9 ya estábamos en Independiente”, dijo su compinche de la infancia en una entrevista al canal Encuentro.
Su paso por las inferiores de Independiente incluyó la participación de la categoría 88 en distintos torneos de AFA y en el interior del país donde la joya del Diablo de Avellanada siempre fue protagonista. En 2001, a la edad de pre-novena se alzó con el título en una recordada final jugada en la cancha de Atlanta ante River. Miguel Ángel Tojo, responsable de las selecciones menores de Argentina por entonces recuerda que "en ese equipo se destacaban Sergio y el arquero Emiliano Molina”. Pocos días después Tojo, el mismo que juntó a Agüero con Messi como compañeros de cuarto en la previa del Sub 20 del 2005, convocó al Kun para el Sub 15.
El derrotero de Agüero por la cantera del Independiente continuaba a pasos agigantados y con él como máximo referente, la categoría 88 conquistó en 2002 el Torneo Apertura y fue sub-campeona del Clausura de Novena División. Seis meses después, el 5 de julio de 2003 a la edad de 15 años, un mes y tres días, el Kun se convirtió en el jugador más joven en debutar en la Primera División del fútbol argentino, antes que el mismísimo Diego Armando Maradona. El periodista Alejandro Fabbri, comentarista de la transmisión de turno, preguntó al aire si usaba pañales. Esa noche Independiente se medía con San Lorenzo por la última fecha del Clausura y Oscar Ruggeri, DT del Rojo por entonces, lo mandó a la cancha por el Flecha Emanuel Rivas. “Le dije que se divierta y haga lo que hacía en inferiores. Estaba armado, era muy fuerte y los grandes no podían tumbarlo” recordó el ex capitán del seleccionado nacional.
Desde aquel debut, hace casi una década, hasta la actualidad la carrera de Agüero no ha tenido altibajos. Su pico de crecimiento no conoce techo y el pibe que se divertía en la cancha de tierra de Loma Alegre se transformó en leyenda del Independiente. Su golazo en el clásico del 11 de septiembre del 2005 ante Racing (4-0) con dedicatoria, a su desaparecido amigo Emiliano Molina, lo colocó en el olimpo de los ídolos del club, a pesar que con solo 17 años se despidió para seguir su carrera en el Atlético de Madrid. Como si su marca deportiva fuera poco, los 23 millones de Euros de su pase –cifra record en nuestro país- le sirvieron al club para remodelar su estadio.
En Europa la descosió en el Atlético, congeniando una temible dupla con otro ex Independiente: el uruguayo Diego Forlán. Juntos ganaron la Copa de la UEFA y una Supercopa de Europa en 2010. El doble logro determinó que Agüero siguiera su carrera en el Fútbol inglés. Rápidamente el Kun se ganó la devoción de los fanáticos Citizens a base de goles y gambetas, aunque lo mejor estaba por venir. Su momento memorable en la tierra de los inventores del fútbol llegó el 13 de mayo de 2012, cuando con un gol agónico suyo, en tiempo de descuento, el City derrotó por 3 a 2 al QPR y se consagró campeón de la Premier League luego de 44 años, desatando una euforia sin precedentes en el equipo más postergado del clásico de Manchester.
Sus logros a nivel clubes lo fueron instalando cada vez más en el grupo selecto de los hombres siempre convocados en la albiceleste. Convivir con figuras de la talla de Messi, Tévez, Higuaín, Di María y Riquelme, entre otros, no le había permitido al Kun terminar de ganar el consenso popular de titular indiscutido. Hace un par de años el periodista del diario La Nación, Daniel Arcucci, en el auge de la Copa América, afirmó que “la selección le debía más a Agüero que el Kun a la selección” aludiendo a la falta de oportunidades que el crack había tenido a pesar de ser siempre convocado.
Hoy a días de una nueva doble fecha de Eliminatorias, 22 de marzo ante Venezuela y 26 de marzo frente a Bolivia, Agüero es titular indiscutido del equipo de Sabella y es, como un guiño del destino lejos de aquella charla de desconocidos en 2005, quien mejor conversa con Lionel Messi dentro y fuera de la cancha. El interlocutor del “Messias”.