Marcos Maidana: el valiente que busca escribir la historia con sus puños
Nació en Santa Fe, en la misma provincia que Monzón, pasó de promesa a realidad y el próximo 3 de mayo ante Floyd Mayweather Jr puede convertirse en leyenda. Marcos “el Chino” Maidana, el símbolo de Margarita, Santa Fe, que tiene en vilo al planeta pugilístico y sueña con escribir una de las páginas más gloriosas del deporte albiceleste.
“¡Está jodido de físico el otro, saca ráfagas solo cuando quiere cruzarse!”, se escuchó con fuerza en un rincón del ring montado en el Hard Rock Café de Las Vegas en marzo de 2010. Enseguida, en otro descanso de la pelea, se oyó: “¡Tiene los últimos 30 segundos nada más. Tiene los últimos 20 o 30 segundos!”. Al sonar la campana, el peleador salió despedido de su silla y con un tremendo castigo le puso fin a la contienda. En el piso quedó el dominicano Víctor Manuel Cayo, mientras Marcos René Maidana levantaba los brazos en el medio del cuadrilátero. Rápidamente se multiplicaron los abrazos para el ganador, aunque nunca llegó el de Sergio Maravilla Martínez, hoy reconocido campeón argentino que en aquel entonces colaboró en el rincón de Cayo y fue el responsable de las arengas para quien finalmente terminó mordiendo la lona.
En esa pelea del 27 de marzo de 2010, el Chino ratificó su condición de guerrero peleador con mano pesada y además se mostró inteligente para esperar los tiempos del combate, algo que hasta entonces no había puesto en evidencia. Esto significó, indudablemente, un paso adelante en su carrera y desde entonces se ha enfrentado con los mejores. Sin embargo, la historia no empezó en ese hotel casino de Las Vegas, sino en un pequeño pueblo del norte de Santa Fe llamado Margarita.
En aquel paisaje de la Argentina profunda, esa donde los trabajadores del campo comenzaron a forjar el concepto de Nación, vino al mundo el 17 de julio de 1983 Marcos René, uno más en la numerosa familia Maidana. Hijo de Orlando, conocido por todos como Don Bejarano, y Olga Martínez, vivió su infancia en una casa de adobe ubicada dentro de una estancia donde sus padres trabajaban como peones. El paso del tiempo fue dejando su huella en esa humilde morada hasta hacerla desaparecer por completo, aunque para entonces la familia había hecho una escala en el Pasaje Ñandubay para instalarse posteriormente, y de forma definitiva, en un caserón de la Estancia Los Cardenales. Durante ese período aprovechó para pasear en Silleta, el viejo caballo percherón, levantar las cosechas en tractor, arrear los terneros e ir a buscar la leche. Todas actividades normales para el campo, aunque consideradas por él y algunos amigos como divertidos juegos.
A pesar de que su esplendor como figura central del boxeo se había dado en la década del 70’ con la obtención de dos títulos mundiales, Carlos Monzón, nacido en San Javier (Santa Fe), seguía siendo un ícono del deporte en dicha provincia y esa influencia silenciosa, más la posibilidad de ver algunas peleas por televisión, empezaron a despertar en el Chino la pasión por los guantes. “Me llamaba la atención cuando veía pelear en la televisión, me gustaba, pero no se me cruzaba por la cabeza que podía ser boxeador”, relata el actual campeón mundial Welter de la AMB (Asociación Mundial de Boxeo). Sin embargo, a los 14 años se topó con Ricardo Linares, un entrenador de la zona que además de organizar torneos barriales se dedicaba a formar chicos y casi sin quererlo se encontró entrenando boxeo con otros jóvenes santafecinos. Rápidamente se destacó por la gran potencia de su pegada y empezó a acumular victorias en peleas amateurs. “Empecé a ganar por knock out y como resaltaba me empezó a entrenar a mí solo”, agrega Maidana, quien desde ese preciso momento comenzó a edificar su gran carrera.
En cada una de las peleas que realizó como aficionado impuso su condición de noqueador y no tardó en consagrarse Campeón Argentino Amateur. Fue citado al seleccionado nacional de Boxeo y con apenas 20 años participó del Pre Olímpico clasificatorio para los juegos de Atenas 2004 desarrollado en la ciudad fronteriza de Tijuana, México, aunque quedó eliminado por el local Juan de Dios Navarro. Ese combate fue elegido como el mejor del torneo, porque Maidana derribó a su rival en la primera vuelta y llegó a sacar una ventaja de 11 puntos, pero el mexicano se repuso y con tres asaltos muy buenos se quedó con la victoria por 50 a 41. Paradójicamente, la vida de ambos púgiles tomó el camino contrario del que podía suponerse luego de esa velada: Navarro quedó eliminado en la primera rueda de los juegos olímpicos y hoy, 10 años después, apenas acumula un par de peleas sin demasiada trascendencia; mientras que el Chino dio por finalizada su etapa amateur esa noche y se convirtió en profesional.
Con un registro de 84 triunfos y 4 derrotas durante su etapa formativa, arrancó su camino en el profesionalismo con el mismo paso arrollador. En sus primeras 17 peleas enfrentó a boxeadores argentinos y noqueó a 16 de ellos, ganando la restante por decisión unánime. Recién en el combate número 18 se midió con un extranjero, el panameño Miguel Callist, y también lo venció por la vía rápida para hacerse del título WBA Fedelatín Superligero. A éste le siguieron un húngaro, dos brasileños y cuatro mexicanos, a quienes también derrotó para llevar su récord a 25 triunfos y ninguna derrota.
Con semejante rendimiento no tardó en tener su primera oportunidad por un título mundial. En 2009 viajo a Rostock, Alemania, para medirse con el ucraniano Andreas Kotelnik por el cinturón de campeón WBA Superligero. Perdió en un polémico fallo dividido, pero al igual que ocurrió con Juan de Dios Navarro se alimentó de esa derrota para volverse aún más fuerte, mientras que su vencedor pudo continuar tres peleas más y luego se retiró de la actividad. Su regreso a lo más alto se dio en el siguiente combate, ante el estadounidense Víctor Ortíz, que mandó a la lona al argentino tres veces en dos rounds y sin embargo no pudo evitar que lo terminara demoliendo a pura potencia en la sexta vuelta. Con ese triunfo alcanzó el título interino de la Asociación Mundial de Boxeo en la categoría Superligero.
Al choque con Ortíz le siguieron algunas defensas del cinturón de campeón y otras peleas memorables como las que protagonizó con Amir Khan, Erik “el Terrible” Morales, la derrota con Devon Alexander ya en la categoría Welter, Jesús Soto Karass y la más reciente, frente a Adrien Broner. En esta última contienda, desarrollada en el Alamodome de San Antonio, Texas, Maidana dio una verdadera exhibición de boxeo, mandó al suelo dos veces al campeón defensor y si bien no pudo noquearlo se quedó con el triunfo y el título WBA Welter sin dejar ninguna duda. Su victoria, impensada para muchos, lo puso ante la chance más importante de su carrera: medirse con Floyd Mayweather Jr. El norteamericano se consagró 9 veces campeón del mundo en 5 categorías diferentes, hasta el momento no perdió ninguna de las 45 peleas que llevó adelante y es considerado por una amplia mayoría como el mejor boxeador de la historia.
“Gracias a dios me fue muy bien con el boxeo y espero seguir un poco más”, dijo alguna vez el Chino, el mismo que hace rato dejó de ser aquel niño que solía preguntarse si podría boxear en Santa Fe y que el próximo 3 de mayo se subirá al ring del MGM Grand Garden Arena de Las Vegas para intentar llegar a la cima del mundo. Por supuesto que lo hará sin olvidar la humildad con la que se crio en Margarita y a donde espera volver para festejar, subido al autobomba, un nuevo triunfo del Campeón del pueblo.