Maratón: la leyenda griega que copó Buenos Aires
Para hablar del “boom” de las maratones en nuestro país, que tienen como epicentro a la Ciudad de Buenos Aires, debemos remontarnos a un fenómeno de escala mundial que tuvo su punto de partida allá por los años ochenta y que se ha venido consolidando de manera creciente en la última década. Tanto como recurso de las grandes marcas para la difusión de sus acciones, la profesionalización del deporte, las nuevas normas de promoción y prevención de la salud que comenzaron a concientizar a un número mayor de personas en los últimos años, la consolidación del maratón como un puente que permite a muchas instituciones visualizar sus acciones benéficas, hace que todos los fines de semana la capital de nuestro país se transforme en una marea de camisetas iguales que transitan sus calles y puntos turísticos.
Un poco de historia
Además de estos tres puntos mencionados no podemos omitir la tradición que esta disciplina arraiga en nuestro país. Si bien la leyenda que da origen al maratón se remonta a las guerras entre persas y atenienses y se concentra en la hazaña del soldado Filípides, quien corrió desde el escenario de la batalla hasta las puertas de Atenas (unos 40 km aproximadamente) para comunicar la victoria sobre la flota persa de Darío hace mas de 2.500 años, el atletismo como deporte organizado desembarcó en la Argentina en la segunda mitad del siglo XIX con los hermanos británicos How (1866). Posteriormente, 4 de octubre de 1903, treinta atletas participaron del primer maratón de Buenos Aires que fue ganado según certifican los matutinos de la época por Claudio Peralta, con un tiempo de 3h2m10s. El 5 mayo de 1910, sobre 40,2 km. se realizó una prueba para los festejos del Centenario y en la víspera de la Revolución de Mayo también se corrió en la pista de tierra de la Sociedad Sportiva Argentina. Esta segunda prueba según cuenta la leyenda fue ganada por el famoso corredor italiano Dorando Pietri, él mismo que había triunfado en el maratón Olímpico de Londres de 1908 y que posteriormente fue descalificado. El hombre había entrado al estadio agotado y comenzó a recorrer la pista en sentido contrario, fue reconvenido, y cayéndose fue ayudado por Arthur Conan Doyle entre otros auxiliares de pista para finalmente cruzar primero la meta. Tras su descalificación la reina inglesa premió al descalificado ganador con un jarrón, de su estantería, por su valor y entrega. Estos antecedentes alcanzaron su apogeo con los logros olímpicos de Juan Carlos Zabala, en Los Ángeles 1932, y Delfo Cabrera, en Londres 1948, y el posterior subcampeonato de, Reinaldo Gorno, en Helsinki 1952.
Capital de maratones
Estas referencias históricas nos permiten entender porque Buenos Aires apuesta a consolidarse como "capital latinoamericana de los maratones" debido a que la ciudad ha desbancado a otras ciudades de la región como Sao Paulo, Rio de Janeiro o Caracas con una variada oferta de competiciones en las que durante el año 2011 participaron más de 150 mil corredores dentro de un programa aproximado de 126 maratones. “Las mismas se repartieron desde circuitos de tres kilómetros a extensos recorridos por las principales calles de la ciudad”, según indicó el subsecretario de Deportes porteño, Francisco Irarrázabal al sitio web de ESPN. El funcionario también sostuvo que la Ciudad al estar situada al nivel del mar, se transforma en uno de "los condimentos favorables para los corredores" que a veces escapan a los escenarios de altura.
Por su parte Germán Cruz, miembro del Club de Corredores y firma organizadora de maratones, argumentó al mismo sitio que para él, el "boom" de la disciplina se ve reflejado en el número de carreras que se ofrecen para los diferentes agrados. “En Buenos Aires existen desde aquellas carreras tradicionales, las exclusivas para mujeres, las destinadas a equipos y hasta las nocturnas”. Y respecto al crecimiento de este fenómeno en los últimos años enfatizó que "muchas de estas carreras tienen fines benéficos, lo que hace que se sume más gente. Debido a eso se suman las empresas, que aprovechan esta tendencia y se convierten en patrocinadores, lo que también hace crecer el fenómeno"
En primera persona
Cada vez son más los miembros que deciden experimentar e inmiscuirse en este mundo de los maratones. Este es el caso de Alejandro López Osornio, quien empezó a correr allá por 2007, cuando su profesión de médico se fue estabilizando como para poder tener algo de tiempo libre. “Me deje 3 mañanas libres por semana y empecé a correr para bajar de peso y sentirme un poco más atlético”. Según Alejandro luego de correr un tiempo solo se le fue haciendo monótono, y fue ahí cuando conoció por recomendación de amigos a un grupo de corredores; al Clara Serino Running Team (www.claraserino.com/), con quienes comenzó a trabajar con un plan de entrenamiento serio y estimulado por el mismo equipo que lo obligó a plantearse objetivos propios, como los maratones que se hacen los fines de semana en Buenos Aires. “En las carreras ponés a prueba tu plan de entrenamiento, ves si fuiste constante, si mejoraste como esperabas. Siempre corro con un tiempo en mente que debería hacer, mejor o peor depende de cómo viene el entrenamiento”.
Otro de los puntos a remarcar es la poca complejidad que permite a cualquier aficionado realizar esta práctica, tanto en términos estructurales como organizativos. El mismo doctor López Osornio cree que correr tiene ventajas únicas dentro del universo deportivo. “Es tremendamente fácil, no se requiere de habilidad sino solo de constancia. Si uno es malo al tenis nunca es un plan divertido para el otro por ejemplo. Acá uno puede correr solo o con 10 mil personas y no importa nada. No se necesita juntar 10 o 22 como en un partido de fútbol, ni tampoco hay que reservar horarios, uno sale a correr ahora o en media hora y no pasa nada. Uno puede seguir corriendo en viajes o vacaciones, si te llevas las zapatillas corrés. No tiene complejidad”.
Como última medida no podemos dejar de hacer hincapié en la importancia de realizar actividades físicas y aeróbicas como fundamento medular de la salud. Esta práctica es considerada sin ninguna duda una de las más completas según quienes la realizan. “Yo como médico estoy convencido de que es muy bueno tener este hobby, es un deporte aeróbico, al sol, al aire libre y te hace pensar en comer mejor para rendir más” esbozó López Osornio, quien luego agregó: “es muy lindo, una vez que pasás la impresión de tener que levantarte un domingo a las 7 de la mañana cuando llega el mediodía y el domingo normal está arrancando pero vos ya corriste una carrera de 10k con 2.000 personas, te bañaste y estas impecable”.
No caben dudas que los maratones ya están instalados en nuestro país y llegaron para quedarse. Los dioses del Olimpo como duendes mágicos transitan a diario las mismas callecitas de la ciudad a las que supo escribirle Horacio Ferrer.