Los Juegos de Guadalajara
El periodista Ezequiel Fernández Moores nos presenta una mirada sobre cómo llega la Argentina a los XVI Juegos Panamericanos que se realizan en Guadalajara, México entre el 14 y el 30 de octubre.
Claudio Morresi es el Secretario de Deportes record de la Argentina. Comenzó en 2003 con un presupuesto de 26 millones de pesos. Y sigue en 2011 con un presupuesto de 167 millones de pesos. A eso habría que sumarle los 130 millones de pesos que maneja el Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (ENARD), creado en 2010. La suma de ambos presupuestos marca un avance notable. Pero ese total de casi 71 millones de dólares sigue estando muy por debajo de los 320 millones que destina Brasil a su deporte. Y de los 280 de Venezuela. Y debajo también de los 80 millones que destina Ecuador.
El dato no es menor a la hora de explicar por qué Argentina no puede aspirar más que a luchar por el sexto puesto en el medallero general de los Juegos Panamericanos que se celebrarán en Guadalajara del 14 al 30 de octubre. Osvaldo Arsenio, director nacional técnico deportivo de la Secretaría de Deportes, no tiene dudas: Estados Unidos (que ganará aún enviando a muchos atletas y nadadores de nivel C), Canadá, Brasil, México y Cuba estarán en los cinco primeros puestos. Y Argentina, que fue octava en los últimos Juegos de Río de Janeiro 2007, luchará por subir al sexto lugar. Estudioso y amante de la metodología, Arsenio asegura que Argentina ganará un 50 por ciento más de medallas de oro respecto de las 11 que logró en Río 2007. “Hay atletas que crecieron mucho y deportes que están mejor. Ganaremos entre 15 y 20 medallas de oro”, anticipa. El estudio de los metodólogos da números concretos: 17 medallas de oro, 15 de plata y 25 de bronce.
"Cuando comencé en 2003 –dijo Morresi hace unos días- lo que más pensaba era cuántas medallas se podían ganar. Ahora es lo que menos me obsesiona”. En los Juegos de Atenas 2004, el deporte argentino ganó doble oro en un mismo día con el básquet y con el fútbol y rompió una sequía de 52 años sin triunfos olímpicos. Dio un respiro a la rutina del Secretario de Deportes que debía dejar el puesto después de cada “fracaso” olímpico. Las medallas, es cierto, pueden no significar nada si detrás de ellas no hay una política que incluya y masifique el derecho al deporte para todos los ciudadanos. En Guadalajara, estarán Las Leonas y también los varones del hockey sobre césped buscando un boleto clasificatorio a los Juegos Olímpicos de Londres 2012. Pero muchas otras miradas estarán puestas en el joven lanzador de jabalina Braian Toledo. La presidenta Cristina Fernández de Kirchner habló de él en un discurso el año pasado y su nombre saltó a la tapa de los diarios. Braian venía de ganar oro en los Juegos de la Juventud de Singapur, primer atleta argentino campeón en una competencia olímpica después de 62 años.
“A Braian –dijo la presidenta en aquel discurso- lo descubrimos en un Campeonato Evita”. Ese hecho lo ha convertido en símbolo de la política deportiva de los últimos años. Una competencia de inclusión y contenido social como los Evita que también sirvió para detectar talentos precoces y meterlos en el alto rendimiento. A Braian le dieron una beca de 2.500 pesos, a su familia una casa y a su madre trabajo. Sesenta años atrás una política similar terminó en desastre. Todos los grandes campeones de los años `50 fueron suspendidos tras el golpe de 1955, acusados de profesionalismo. Hoy, excepto algunos sectores del rugby, nadie se opone en Argentina al apoyo del Estado para el deportista de élite. Nadie discute que el Estado deba apoyar a Toledo, a Las Leonas y a otros cientos de deportistas que reciben becas de la Secretaría de Deportes o del ENARD. Además de las medallas que se esperan en hockey, disciplinas náuticas y paleta, entre otras, Arsenio destaca logros menos visibles para Guadalajara. Cita deportes que “estaban en vías de desaparición” y que han sido revitalizados: la lucha cuya mejor representante será una chica de Gendarmería, la natación que tiene diez veces más deportistas que en 2003, el waterpolo que pasó de 200 a 800 jugadores y el boxeo que creció a partir de la contratación de un entrenador cubano.
Todo parece indicar que a partir de la revitalización de los Juegos Evita, de Juegos Regionales y de la Araucaria, entre otros, la Secretaría de Deportes, sin descuidar la escuela media del CENARD, cuna actual de muchos campeones nacionales, tenderá más hacia el área social. Y que el alto rendimiento pasará cada vez más a manos del ENARD, que tiene como presidente a Gerardo Werthein, titular también del Comité Olímpico Argentino (COA). Empresario movedizo, Werthein logró ya que Buenos Aires sea sede de la Asamblea de 2013 que elegirá nuevo presidente del Comité Olímpico Internacional (COI) y la sede de los Juegos de verano de 2020. Argentina se postulará para los Juegos Olímpicos de la Juventud de 2018 y para los Panamericanos de 2019, antesalas acaso de una posterior candidatura olímpica, para emular a los Juegos que celebrará Río de Janeiro en 2016. No será un desafío menor para un país en el que menos de un 10 por ciento de sus niños hacen alguna actividad física fuera del ámbito escolar y en el que casi el 55 por ciento de la población es sedentaria.