Julio Lamas: el maestro que dirigirá la última función

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Su nombre es icono del club San Andrés en particular y del basquetbol argentino en general. Soñó con ser jugador, trabajó de despachante de aduana, probó con la actuación y encontró en la dirección técnica su lugar en el mundo. Fue promotor de la llegada de muchos exponentes de la “generación dorada” a la Selección Mayor y 16 años después le toca conducirlos en la última “gran función”: Madrid 2014.

Julio César Lamas nació en Capital Federal el noveno día de junio de 1964. Su padre falleció cuando apenas tenía 8 años y fue su mamá quien cumplió el doble rol en aquellos años de la infancia. “Ella hizo muchos esfuerzos, haciendo de madre y padre, para que yo pueda ir a un club a hacer deporte, para que no esté en la calle, porque yo vivía en un barrio humilde”, explicó años atrás a la revista El Gráfico. Y termina responsabilizando a su progenitora cómo la primera en condicionar su pasión por el deporte que ama y hoy es su modo de vida: “Hizo todo lo previo para que yo me enamorara del básquet”.


El club Deportivo San Andrés, de Villa Ballester, fue su segundo hogar desde muy pequeño. Una especie de templo del básquet que desde sus divisiones inferiores gestó su modo de vida. Primero, allá por mediados de los años ’70, cómo un modesto base-escolta. Entre 1974 y 1983 hizo todo el ciclo, desde la escuelita de mini-básquet a la categoría juvenil, hasta llegar -en aquel período de la “primavera democrática”- a codearse con los jugadores de Primera División. Por entonces al equipo mayor lo dirigía el histórico Heriberto Schönwies pero sus intenciones se quedaron en el camino por la ausencia de lugar: “Jugué antes de la Liga unos partidos en primera división en 1982, el año que San Andrés asciende a la A de Capital. Yo era último año de juvenil. En ese entonces el titular del equipo era el negrito Salinas, un base chaqueño. Después regresa al club el Tola Cadillac y yo me quedo sin lugar”, expresó el actual DT Albiceleste años atrás a la revista especializada “Doble y Falta.  Y en concordancia con el tema Lamas fue contundente, cuando en una reciente entrevista emitida por el canal de cable Metro, entre risas y franquezas llegó a manifestar: "Nunca me hubiera puesto, yo era un perro cuando jugaba".


En el mismo periodo en que su sueño de jugar cómo profesional se apagaba, Julio comenzó a coquetear con la idea de dirigir mientras trabajaba cómo despachante de aduana y  tomaba clases de teatro con Carlos Gandolfo, siendo ésta una de sus facetas menos conocidas. Junto al gran maestro de actores y a consagrados artistas, como Andrea Bonelli, Mauricio Dayub, Horacio Erman, Paola Papini y Carola Reyna, trabajó entre 1982 y 1983. “A esa altura de mi vida quería ser actor y entrenador de básquet. Yo hacía el curso de DT en lo que ahora es el CENARD, que antes se llamaba INEF, y a su vez estudiaba teatro”.


Su vocación por la enseñanza había empezado en 1980. En aquel año comenzó la tarea de monitor de mini-básquetbol en el Deportivo San Andrés. “Al comprobar que los chicos, que eran amigos también, me escuchaban y hacían caso. Me gustaba enseñar. Ese disparador vocacional lo tuve en Juveniles. Considero que tenía dotes naturales de liderazgo que utilizaba intuitivamente, y también una personalidad para permitir que me acompañaran”, expresó en una nota con el periodista especializado Osvaldo Ricardo Orcasitas.

 

Cautivado por lo que significaba el maestro León Najnudel, en los años de una emergente Liga Nacional, se le acercó el domingo 3 de abril de 1988 cuando el “padre de la Liga Nacional” fue con Sport Club a jugar contra San Andrés. “Le pregunté cómo podía hacer para perfeccionarme en una universidad norteamericana” y eso dio pie para que se produjera el diálogo y, al poco tiempo, León le ofreciera ser su asistente en el club de Cañada de Gómez. Ese mismo año Lamas arrancó como asistente de Najnudel y al siguiente fue el entrenador principal del conjunto santafecino.

Desde aquel día comenzó su prolífica carrera. Sport Club de Cañada de Gómez (’89 al ’92), Olimpia de Venado Tuerto (’92 al 95’), Boca Juniors (’95 al ’97), Tau Cerámica -España- (’99 al ’00), Obras Sanitarias (’00 al ’01), Alicante -España- (‘01 al ’03), Real Madrid -España- (‘03 al ’04), Ben Hur de Rafaela (‘04 al ’07), Libertad de Sunchales (’07 al ’09) y nuevamente Obras Sanitarias de 2010 al 2011.

"Dirigir un equipo de básquet es mi pasión por 3 razones: es el juego que más me gusta, soy parte de un equipo y la gestión del recurso humano", argumenta cuando le consultan sobre aquello que más le gusta de su profesión.

Más de 15 Ligas Nacionales a cuestas, 3 títulos de campeón -Boca en 1996/97, con Ben Hur en 2004/05 y con Libertad en 2007/08- y 4 temporadas dirigiendo en España a los mejores del básquet FIBA, lo catapultaron cómo el DT de la selección nacional, por segunda vez en su carrera -‘97/’98 la primera-, a mediados del año 2010. "Dirigir la selección argentina es mi orgullo máximo” explica Lamas cuándo le consultan sobre su carrera y logros. El DT en el mismo contexto argumenta: “Conduje a los mejores equipos en argentina y Europa. Son oportunidades que otras personas también merecen y quizá no las tuvieron. También los grandes jugadores que me tocó dirigir y los títulos que ellos lograron, son un prestigio y un orgullo para mí".

El logro del Torneo de las Américas en Mar del Plata 2011, significó para Lamas algo especial. "Es la victoria más importante de mi carrera", dijo el DT en conferencia de prensa luego de vencer a Puerto Rico en la semifinal y alcanzar la clasificación a los Juegos de Londres 2012.

El paso por los JJOO significó que la generación dorada vuelva a estar entre los cuatro mejores equipos del planeta y este año 2014, luego de una laboriosa clasificación en Caracas 2013- colocará al combinado Albiceleste ante la mirada de todos en el Mundial de España. 

Lamas opina que la Selección le ofrece a estos jugadores, ultra consagrados en la NBA y Europa, la otra cara del deporte. Jugar por su país con la gloria y el reconocimiento como recompensa ineludible, significa que el representativo nacional "es donde encuentran el último espacio amateur". Es decir el lugar más puro y genuino de un deportista que solo puede compararse con los días de la infancia donde el objetivo principal era defender la camiseta de su nación, ciudad, barrio y el orgullo de sus seres queridos.

Quizás desde el próximo 30 de agosto en la capital española sea la última chance para los amantes del básquet de ver en la cancha jugar juntos a Ginobili, Nocioni, Prigioni, Scola, Delfino, Gutiérrez y compañía. Es más que probable que ese maravilloso grupo de deportistas, regados de gloria pero también de profesionalismo, se encamine detrás de un objetivo final. Y es el nombre de Julio Lamas, el mismo entrenador que promovió a muchos de estos jugadores a la selección mayor a fines de la década del ’90, quien los conduzca en su última “gran función” colectiva.