Entrevista a Sergio "Cachito" Vigil
Cuando se repasa la historia del seleccionado argentino femenino de hockey sobre césped surge enseguida el nombre de Sergio Vigil, junto al de grandes jugadoras como Luciana Aymar, Karina Masotta o Vanina Oneto, entre tantas otras. Y no es para menos, porque "Cachito" fue desde la dirección técnica el "inventor" de Las Leonas. Cuando asumió como entrenador del equipo en 1997, el combinado nacional tenía buenos antecedentes pero ninguna medalla olímpica ni primer puesto en los certámenes mundiales. Al abandonar su cargo en 2004, la generación dorada del hockey había conseguido la plata en los Juegos de Sydney 2000 y el bronce en Atenas 2004, el primer puesto en el Mundial de 2002 y el Champions Trophy de 2001, además de otras destacadísimas actuaciones.
De hecho, mucho tuvo que ver Vigil con el comienzo del apodo de "leonas". En Sydney 2000, las jugadoras habían logrado el pase a la segunda ronda tras haber cosechado dos victorias (frente a Corea del Sur y Gran Bretaña) y dos derrotas (Australia y España). Pero como la nueva fase se disputaba con arrastre de puntos y las argentinas no sumaban unidades por las dos derrotas previas, clasificar a la final era algo más que una hazaña. El seleccionado debía ganar sus tres partidos y esperar otros resultados. En el primero de ellos, frente a Holanda, estrenaron una camiseta con el logo de una leona preparándose para atacar, diseñado por Inés Arrondo y Margarita, la cuñada de Vigil. Fue triunfo 3-1. Luego siguieron un 2-1 frente a China y el 7-1 a Nueva Zelanda. La final se perdió con las locales, pero el apodo se lo habían ganado para siempre.
Tras aquellos exitosos años como entrenador de Las Leonas, Vigil decidió dejar el cargo porque entendió que su ciclo había terminado. Al poco tiempo asumió como director técnico del equipo masculino, pero allí no pudo repetir los logros de las chicas. Cuando no logró clasificar a los Juegos Olímpicos de Beijing 2008, renunció. Este año desembarcó en Chile para dirigir al equipo femenino con el objetivo de clasificarlo a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, mientras continúa como director deportivo de River.
Pero Sergio Vigil es de esos hombres que ha dejado algo más que una huella estrictamente deportiva. Una conducta intachable y el respeto de todos lo ponen a la altura de los grandes entrenadores que ha dado nuestro país. No en vano, en los últimos tiempos ha sido convocado varias veces para dar charlas motivacionales que exceden el ámbito deportivo. Su libro Un viaje al interior es un testimonio más de que la vida misma tiene mucho que aprender del deporte.