El otro Rosariazo



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El día en que Rosario fue más que Argentina y el día en el que el fútbol coronaba a uno de sus principales emblemas.

La ciudad de Rosario es sin lugar a dudas, una de las ciudades más lindas de la Argentina. Reconocida por su imponente Monumento a la Bandera, por la belleza de sus parques, por la importancia de su puerto  y por la bonhomía de sus habitantes, Rosario es también valorada – cómo rezaba un slogan publicitario de hace algunos años - , como una verdadera “cuna de grandes”.

Supo parir figuras de reconocimiento internacional cómo el Che Guevara, Fito Páez, Alberto Olmedo y el entrañable Negro Fontanarrosa, entre otros. Y también supo desplegar una pasión irrefrenable por el fútbol entronizada en el clásico entre Newell Old Boys y Rosario Central.

La historia política de nuestro país, también nos dice que Rosario siempre fue una ciudad movilizada y que por el año 68 era uno de los bastiones de resistencia al Onganiato. De allí que en una de las movilizaciones estudiantiles  de denuncia a la dictadura, la brutal represión policial se cobrara la vida del joven Blanco, hecho luctuoso al que se lo denominó cómo Rosariazo.

Pero en la memoria popular de los rosarinos, cobijan otra jornada – en este caso, jubilosa – a la que llaman de la misma forma.

El 17 de Abril de 1974, canallas y leprosos se juntaron por primera y única vez  en la historia para disfrutar un tributo al buen fútbol. Con la magia, la bohemia y la pasión pegadas en la camiseta, el combinado de la ciudad de Rosario se aprestó a enfrentar a la selección argentina que se preparaba para el Mundial que se disputaba unas semanas después en Alemania.

Los memoriosos testimonian y aseguran que lo que se vivió esa noche en el estadio de Newells Old Boys, fue una verdadera clase de futbol y que el seleccionado argentino imploraba por que finalizara el match.-

El resultado es anecdótico – en definitiva Rosario ganó 3 a 1 – pero dicen que esa noche, nació una estrella. En aquella contienda, se llevó todos los aplausos y deslumbró a propios y extraños un héroe de pura cepa rosarina: el famoso “Trinche Carlovich “, para muchos, mejor jugador de fútbol que Messi y Maradona, juntos.

El ícono de los “charrúas” – así se conoce en esta ciudad  a los devotos del sufrido club Central Córdoba de Rosario – alcanzó la estatura de Mito viviente y todavía se escuchan lamentos en la Chicago argentina por la inexistencia de registros audiovisuales que confirmen que el Trinche fue más un prócer, el verdadero “rey” del fútbol rosarino.