El mapa del deporte argentino
La popularidad de un deporte en un país puede medirse de acuerdo a diversos criterios. No es lo mismo, por ejemplo, considerar el nivel de interés que una actividad genera en la población en general, la convocatoria real que tiene (esto es, los que asisten a verlo en vivo), la cantidad de gente que lo practica o incluso la cantidad de federados que cada disciplina tiene. Todos están de acuerdo en que en la Argentina el deporte más importante es el fútbol: es el que más público convoca, el que más rating televisivo tiene, el que más lugar ocupa en los medios de comunicación. En definitiva, del que más se habla. Se suele decir que en nuestro país 9 de cada 10 personas se declaran simpatizantes de un club.
Sin embargo, el fútbol no sería el deporte que más se practica. Ese lugar le correspondería a la gimnasia, si se tiene en cuenta que esta incluye la artística pero también la aeróbica y los aparatos. Y claro, para un “picado” hacen falta por lo menos diez jugadores. Para hacer gimnasia solo uno. Y si a eso le sumamos que la práctica del fútbol femenino, aunque en aumento, no es muy significativa y que muchísimas mujeres ejercitan su cuerpo en los gimnasios o al aire libre, encontraremos que no es una locura avalar esta idea.
Durante el siglo pasado, desde que los diferentes deportes fueron encontrando su organización institucional y el público se empezó a interesar por los grandes espectáculos, las actividades más populares (en términos de convocatoria e interés del público) fueron el fútbol, el automovilismo y el boxeo. Y mezcla de deporte con juego, el turf también ha estado muy presente entre las pasiones de los argentinos, especialmente en el primer cuarto de siglo.
En la actualidad se puede afirmar que a excepción del fútbol ese mapa ha cambiado. El boxeo ya no convoca multitudes, aunque basta que un pugilista carismático luche por el título mundial para que los televisores se enciendan masivamente. El automovilismo sigue teniendo un altísimo poder de convocatoria local pero la Argentina ya no tiene grandes campeones internacionales. Y el turf, a excepción de alguno de los grandes premios, ha quedado recluido a las salas de apuestas. En contrapartida, y al calor de los buenos desempeños internacionales de las figuras argentinas, el tenis, el básquet, el hockey sobre césped y el rugby han despertado mayor interés. A continuación, la evolución de estos deportes, a excepción del fútbol, en los últimos tiempos.
Tenis
Considerado históricamente como un deporte de elite, conoció su primer auge en los 70 y los 80 a partir de los éxitos de Guillermo Vilas. Antes de él, Enrique Morea había logrado ser un top ten. José Luis Clerc demostró enseguida que lo de Vilas no había sido una excepción: juntos llegaron a la primera final de la Copa Davis en 1981. Ese hito se repetiría tres veces más (2006, 2008 y 2011) hasta que finalmente se la ganó en 2016. Entre las mujeres, en la segunda mitad de la década del 80 apareció una verdadera ídola: Gabriela Sabatini. Todos ellos fueron preparando el terreno para las generaciones siguientes, que además de talentosas fueron muy numerosas. Guillermo Coria, Gastón Gaudio, David Nalbandián y actualmente Juan Martín Del Potro fueron los nombres más importantes de la época dorada del tenis argentino, que empezó en el nuevo siglo y llega hasta hoy.
Básquet
Otro de los deportes que dio lo mejor en los últimos tiempos. Aunque la Argentina ganó en 1950 el primer mundial de la disciplina (realizado en nuestro país), fue recién a partir del año 2000 que volvió a convertirse en una potencia mundial. En 2002 el equipo nacional fue subcampeón del mundo y en Atenas 2004 ganó la medalla dorada. Con Emanuel Ginobili a la cabeza, varios argentinos empezaron a participar de la NBA. El bahiense fue campeón cuatro veces con San Antonio Spurs de la mejor liga del planeta.
Hockey sobre Césped
Siguiendo con los deportes que más alegrías le han dado a los argentinos en los últimos tiempos no se puede dejar de mencionar al hockey sobre césped, especialmente en la rama femenina. Luciana Aymar es considerada por muchos como la mejor jugadora de la historia. Pero antes de ella, el conjunto nacional ya venía teniendo buenas actuaciones. Y ahora que ya está retirada, las nuevas generaciones demuestran que su figura fue muy estimulante para que miles de chicas practicaran este deporte. Entre los años 2000 y 2016, la Argentina ganó dos campeonatos mundiales, cuatro medallas olímpicas, siete Champions Trophy, una liga mundial y dos oros en los Juegos Panamericanos. Tanto fue el furor que causaron Las Leonas que muchos especialistas adjudican el bajón actual del tenis femenino a la preferencia de las niñas a pegarle a la bocha que usar la raqueta. Pero increíblemente lo que no lograron las chicas en un Juego Olímpico sí lo hicieron los varones: el oro. Los Leones lo obtuvieron en Rio 2016.
Rugby
El deporte de la pelota ovalada es otra de las disciplinas muy practicadas históricamente en la Argentina, aunque siempre estuvo más vinculada también con los estratos sociales más altos. Sin embargo, el tercer puesto de Los Pumas en el Mundial de 2007 hizo que muchos “foráneos” empezaran a mirar con más atención al conjunto nacional. Hoy la Argentina está consolidada entre los mejores del mundo, aunque no volvió a tener una actuación tan brillante como aquella de Francia.
Automovilismo
Las carreras de autos fueron y siguen siendo una verdadera pasión popular en la Argentina. Pero a diferencia de lo que ocurría a mediados del siglo pasado, ahora no hay grandes pilotos nacionales destacándose en la Fórmula 1, la principal categoría del automovilismo. A decir verdad, tras los cinco títulos de Juan Manuel Fangio (1951, 1954, 1955, 1956 y 1957) y el subcampeonato de Carlos Reutemann (1981), ningún otro argentino volvió a brillar allí. En los últimos años José María López ganó tres títulos consecutivos del Campeonato Mundial de Turismo, pero quien ahora compite en la Fórmula E ya no tiene edad para llegar a la máxima categoría. Como contracara, las carreras nacionales siguen convocando a multitudes.
Boxeo
Otra de las grandes pasiones argentinas que ha entrado en declive. Aun cuando no las hayan vivido, todos los argentinos han escuchado hablar de las grandes veladas del Luna Park, con campeones mundiales como Pascual Pérez, Nicolino Locche o Carlos Monzón, entre tantos otros. Además de los 40 campeones mundiales masculinos y las 17 coronas femeninas (un fenómeno bien actual), el boxeo es el deporte que más medallas olímpicas le dio a la Argentina con 24 sobre un total de 74. Aunque la mejor época parece haber pasado, la pasión revive cada vez que un compatriota pelea por un título mundial, por lo menos a través de la televisión. Y la otra curiosidad es que cada vez son más los y las jóvenes que eligen practicarlo de manera amateur seducidos por las ventajas para el cuerpo que genera el entrenamiento.
Turf
A mitad de camino entre el deporte y el juego, las carreras de caballo fueron “el espectáculo deportivo de mayor atractivo hasta por lo menos la década de 1930”. Así lo sostiene el historiador Roy Hora en su libro Historia del turf argentino. Y agrega enseguida que el fútbol le quitó ese lugar de privilegio. Pero aun así el carrerismo vernáculo tenía mucho para dar aún, como la bonanza que vivió durante el primer gobierno de Perón. Según Hora, la mayor contribución del peronismo al turf fue su política salarial, pero esta no hizo más que retrasar un declive que se basaba en el ascenso de otros deportes y otras formas de entretenimiento (como la televisión), en la pérdida de interés por el caballo ante el avance de la motorización y en la impugnación de las capas medias de la sociedad a una actividad que se sostenía por las apuestas.
Aunque sin la masividad de los deportes aquí enumerados, la Argentina es una potencia en otras disciplinas. Una de ellas es el hockey sobre patines, donde el seleccionado femenino es junto con España el país que más mundiales ha ganado y donde el masculino solo ha sido superado en esa clasificación por España y Portugal. En pádel y en polo nuestro país es indiscutiblemente el líder mundial.