El fútbol no tiene rey
Pasado el Mundial de Rusia y mientras se aguarda por el informe del Grupo de Estudios Técnicos de la FIFA (GET), que reúne el análisis de los expertos sobre el juego que se vio y suele publicarse un mes después de la final, ya es posible ir sacando algunas conclusiones. Si bien es cierto que no siempre las copas del mundo entronizan a un determinado futbolista como el mejor del mundo, no puede tampoco desdeñarse su valor a la hora de pensar quién es el rey del fútbol.
Desde 1982, la FIFA otorga el premio “Balón de Oro” a quien considera ha sido el mejor jugador del Mundial. Y lo hace apenas concluye la competencia. Para el organismo, en Rusia 2018 ese futbolista ha sido el croata Luka Modric, quien superó al belga Eden Hazard (sin duda el “jugador del pueblo”) y al francés Antoine Griezmann. La otra gran figura del campeón, Kylian Mbappe, no figuró en el podio. ¿Coincidió este Mundial con un nuevo reinado individual? Definitivamente no: Modric no es el nuevo mejor jugador del mundo. Su distinción no solo puede ser discutida al calor de las actuaciones de otros jugadores como Hazard o Mbappe, sino que además la FIFA elige al jugador más valioso del certamen, y esto no siempre coincide con quien es el mejor del mundo.
Un breve repaso por quienes han ganado los distintos “balones de oro” desde España 82 arroja un listado que incluye a verdaderos cracks reconocidos como los mejores de su tiempo (Maradona en el 86, Ronaldo en el 98, Zidane en 2006, Messi en 2010, quizá Romario en 1994), pero también a otros que no han estado ni cerca de ese privilegiado lugar (Schillaci en Italia 90 y Forlán en Sudáfrica 2010, por caso).
Así como a veces el Mundial sirve para terminar de consagrar y coronar a un jugador, otras veces puede marcar el fin de una era y revelar que el puesto de monarca está vacante. Y eso es lo que en alguna medida ha ocurrido en Rusia. Previo a la Copa del Mundo, las opiniones sobre quién era el mejor jugador de estos tiempos podía oscilar entre Lionel Messi y Cristiano Ronaldo, pero nadie se atrevía a colar un tercer nombre. Desde el 2008 hasta el año pasado, el Balón de Oro (el otro, el que sí consagra al mejor del mundo) fue ganado solo por ellos dos, cinco veces cada uno. Con el agregado de que en 2007 el portugués fue segundo y nuestra “pulga” tercera, y que solo en 2010 uno de ellos no estuvo en la terna (Messi fue primero, Iniesta segundo y Xavi tercero). Sin embargo ahora, a la luz del fracaso de ambos y de sus selecciones en este mundial, pero también de sus edades (Messi 31, Cristiano 33), ya es hora de ir buscando un nuevo rey.
A los argentinos lo de Messi nos duele. Desde Maradona que uno de los nuestros no era considerado el mejor del mundo. Y así como Diego nos llevó a la gloria inigualable de México 86 y a la menos lucida pero igualmente emocionante actuación de Italia 90, siempre sentimos que con Leo podíamos repetir. Pero no solo no fue así sino que en Rusia lo suyo fue realmente opaco. Tres finales alcanzadas y perdidas (Brasil 2014 y las copas América 2015 y Centenario) hoy saben a demasiado poco para tamaño jugador. Y la medalla dorada de Beijing 2008 no cambia la ecuación. Lo de Cristiano, en términos de logros de su selección, ha sido incluso más pobre que lo de Leo, aunque tiene el consuelo de la última Eurocopa ganada y de que, en rigor de verdad, su época no ha coincidido con la de una generación destacada de compatriotas.
Buscando al nuevo rey
Aun cuando Messi y Cristiano tengan todavía mucho para dar en sus clubes, ya no podrán ratificar su condición de futbolistas excepcionales a nivel selección. Por eso, ya comienza la sucesión. Y se la ve difícil. Con 32 años, Modric tampoco es el indicado. Hazard y Griezmann tienen 27. El belga realmente impresionó en Rusia. De hecho, a medida que pasaban los partidos se fue convirtiendo en el preferido del público, que exclamaba cada vez que recibía la pelota. Pero lo suyo quizás tenga más que ver con cierta magia que hace que un futbolista de en un Mundial lo mejor de sí mismo. Ojalá nos equivoquemos y siga jugando al mismo nivel, porque verlo fue un verdadero placer. Lo de Griezmann, que fue de menor a mayor, es incluso bastante discutible como tercer mejor jugador del mundial.
Quienes hoy parecen tener más chances de convertirse en el nuevo rey son Neymar y Mbappe. El brasileño, con 26 años, llegó disminuido físicamente al Mundial y tampoco logró llevar a su selección más allá de los cuartos de final. De hecho, algunas fantasías y aciertos no alcanzaron para que el mejor jugador de su equipo haya sido Coutinho. Sus exageraciones tampoco ayudaron. Pero tiene sin duda todas las condiciones para ser el mejor del mundo. Y el francés, que tiene tan solo 19 años, fue el mejor jugador más desequilibrante de la selección campeona, por eso sorprende que no haya estado entre los tres elegidos por la FIFA. Por su inmadurez es difícil predecir qué será de él en el futuro, pero su arranque en el concierto del fútbol mundial no podría haber sido mejor.
La nueva temporada de fútbol ya comenzó. En su transcurrir, seguramente nos irá dando pistas y señales de quién puede ser el nuevo rey del fútbol.
Fotos. Istock