Los hábitos más nocivos para la salud
El sedentarismo, el tabaquismo, el alcohol y la mala alimentación son los cuatro hábitos más nocivos para la salud, y combinados pueden llegar a acortar la vida hasta 12 años. Pero hay otros. Revista Cabal reunió los resultados de una serie de investigaciones médicas publicadas en los últimos meses: lo que hay que evitar para vivir más y mejor.
Pasar la mayor parte del día sentado frente a la computadora –o en actitud sedentaria, comer alimentos con alto contenido en sal y grasa y acompañarlos con bebidas alcohólicas (más de dos vasos diarios para las mujeres, tres para los hombres) puede traer aparejada una consecuencia fatal: el acortamiento de la vida. Así lo han demostrado una serie de estudios recientes que prueban que la calidad de vida y la posibilidad de vivir más años es consecuencia directa de esas pequeñas decisiones diarias que inclinan la balanza a favor de la salud o la enfermedad, según los casos.
Los médicos explican que es necesario adoptar alguna rutina de ejercicios (de al menos dos horas por semana) y evitar el cigarrillo y el alcohol, responsables de buena parte de las enfermedades y episodios cardio y cerebro vasculares, e incluso de los distintos tipos de cáncer. Hoy se sabe que un solo cigarrillo al día aumenta el riesgo de ataque cardíaco (en un 63 por ciento) y el hábito de fumar 20 o más cigarrillos al día puede poner al fumador en una situación de extremo riesgo. El consumo de tabaco también aumenta el riesgo de diabetes, enfermedad pulmonar obstructiva crónica, y cáncer. El sedentarismo también resulta fatal: según un estudio reciente publicado en Journal of the American College of Cardiology, las personas que permanecen más de cuatro horas por día sentadas tienen el doble de riesgo de desarrollar una enfermedad cardíaca.
Una dieta rica en fibras también resulta fundamental para mantener un buen estado físico: la ingesta de frutas y verduras (como mínimo tres porciones diarias) no solo ayuda a mejorar la salud del corazón sino que también puede añadir años de vida, según un estudio concretado sobre casi 400.000 personas a cargo de la National Institutes of Health and American Association of Retired People. Uno de los resultados más impactantes fue que las personas mayores de 50 que habían consumido más fibra –aproximadamente ocho porciones diarias de frutas y verduras- habían logrado disminuir entre un 56 y un 60 por ciento el riesgo de morir por enfermedades cardiovasculares, infecciosas y respiratorias.
Evitar los malos hábitos no garantiza la buena salud, pero disminuye en buena medida los riesgos y las posibilidades de morir en forma prematura.
Según otro estudio -realizado con más de 30 mil personas en 52 países y publicado en Revista Mundo- el hecho de concretar estos pequeños-grandes cambios en los hábitos diarios puede tener un gran impacto en la salud del corazón.
El estrés, la actitud pesimista y, en última instancia, la depresión también tienen relación con un mayor riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas, y su disminución con evitarlas. Experimentos realizados en Harvard y publicados en Psychological Bulletin revelan que las actitudes positivas pueden reducir en hasta 50 por ciento el riesgo de accidentes cerebrovasculares. La risa es también un complemento de la buena salud.
Es importante, a su vez, cuidar la salud dental, y concurrir al odontólogo periódicamente: las enfermedades periodontales tienen íntima relación con la probabilidad de desarrollar problemas cardíacos –el riesgo es el doble para quienes las padecen, en relación a quienes mantienen en buen estado su boca, se sospecha que es porque las bacterias bucales pueden provocar inflamaciones en otras partes del cuerpo, dañando arterias-.
Es importante tener en cuenta que la prevención de los malos hábitos debe comenzar, idealmente, antes de los 13 años: a los 16 se calcula que los hábitos de vida ya están instalados, y a pesar de que pueden modificarse, resulta más costoso.
Según un grupo de investigadores de la Universidad del País Vasco, en España, que concretaron una encuesta entre dos mil jóvenes, el estilo de vida sedentario, el consumo excesivo de alcohol y una dieta perjudicial caracterizan el estilo de vida de los jóvenes de entre 19 y 26 años. "Los hábitos menos sanos resultaron ser los de la alimentación", comentó Marta Arrue, quien dirigió la investigación. "Seguidos por el consumo de alcohol, el sedentarismo, las relaciones sexuales de riesgo, el consumo de tabaco, las drogas y finalmente una cantidad insuficiente de sueño o sueño de baja calidad". Esta franja etaria enfrenta también el riesgo de contagio de enfermedades de transmisión sexual, un punto que los padres deben explicitar en las conversaciones con sus hijos, para prevenirlos a tiempo.
La buena noticia es que siempre se está a tiempo de cambiar, y que los buenos hábitos se corresponden también con una mejoría del estado psicológico: a mayor salud, más energía y mejor predisposición, además de una vida más larga y plena.
Ranking de malos hábitos
• Mala alimentación (alto consumo de sal y grasas, baja ingesta de fibras)
• Sedentarismo
• Tabaquismo
• Consumo de alcohol
• Estrés, pesimismo, actitud negativa
• Drogas
• Relaciones sexuales de riesgo