Edición artesanal: el valor de la creación, al margen de la industria
El avance de la tecnología y la concentración de los grandes grupos editoriales produjo, en un movimiento inverso, una vuelta a la producción en pequeña escala y una revalorización de la obra literaria. Entre las editoriales independientes, las más artesanales resisten la producción industrial y la lógica de la rentabilidad con calidad narrativa y formatos originales.
Los años noventa trajeron consigo un proceso de concentración económica que afectó, entre otras, a la industria editorial: cuando parte de los grupos transnacionales del sector se agruparon, las pequeñas y medianas empresas, debieron recurrir a nuevas fórmulas para sobrevivir. También aparecieron, como resultado de ese movimiento -sobre todo a partir del 2001-, nuevas editoriales independientes, con rasgos propios. Ese circuito incluye, a su vez, un subgrupo dedicado a la producción artesanal.
Los nuevos editores revalorizan las pequeñas tiradas, la presentación y el diseño de los libros, pero sobre todo la calidad de los materiales, lo que les permitió inaugurar nuevos espacios en el mercado de los libros. Algunas de ellas, incluso, subrayan que sus libros son pensados como verdaderos objetos artísticos.
Las buenas ideas y la creatividad son las herramientas más poderosas con que cuentan para competir con las multinacionales del mercado del libro y en esa aventura se embarcan los nuevos editores, convencidos de que el estilo propio y la defensa de los valores estéticos de su narrativa pesará más que los grandes aparatos de difusión y la lógica de la rentabilidad, que rige a la industria.
Aunque hay muchos más, estos son algunos de los casos de editoriales que hacen de la artesanía de la edición y el cuidado de sus catálogos una marca registrada.
• Tenemos las máquinas
La familia de Julieta Mortati tenía una pequeña imprenta, donde ella de chica imprimía revistas que vendía a compañeros y maestras de la escuela, aunque fue muchos años más tarde que se le ocurrió fundar su propia editorial. Para entonces, ya había vivido y vuelto de Berlín y cursaba un taller literario -con Santiago Llach- y tuvo la buena idea de volver a usar una offset de los padres, una engrampadora y una guillotina para editar a dos de sus compañeros autores. Así nació Tenemos las Máquinas, que en la actualidad publica 4 a 5 títulos por año, en tiradas de 300 ejemplares.
“Desde las editoriales chicas podemos publicar aquello que no genera tanta ganancia pero que es indiscutible en términos de calidad, y eso aporta a la cultura y a la industria”, explica ella a Revista Cabal. “Las editoriales hacen libros para hacer negocios, y muchas veces publican cosas maravillosas. Pero lo nuestro es más una decisión pasional que una decisión fría y de mercado. A los autores les podemos ofrecer es un trato personalizado, trabajamos con ellos el material y nos jugamos por sus libros. Defendemos lo que nos gusta incluso más que los grandes editores, porque nos gusta lo que hacemos, lo hacemos por pasión. Podemos darle lugar a ese tipo de peligros. Ese es nuestro capital también: lo nuestro son las búsquedas personales desde la edición también, hay mucho de exploración pero desde el convencimiento. Las grandes editoriales les podrán dar más visibilidad, pero quizás nuestra difusión sea más intensiva y selecta, más dirigida –piensa-. Acá hay lugar para el placer, para recuperar el arte y la creación sobre el material. Nuestros medios y nuestra forma de trabajo nos definen y diferencian, y eso nos gusta”.
•Editorial Funesiana
Funesiana es una editorial de libros digitales, en papel y artesanales, hechos a mano uno por uno. La editorial nació con la intención de publicar libros de autores desconocidos en la época en que las encuadernaciones artesanales tenían la estética "cartonera": el primer objetivo de la editorial fue diferenciarse de aquellos libros al producir pequeñas tiradas en tapa dura con guarda y cosidos en técnica cartoné (cuadernillos). Hacen tiradas iniciales de sólo 40 ejemplares numerados por título (los primeros cuatro son para el autor, en forma de pago, ya que los autores funesianos no cobran por editar en esta editorial). También editan su material en formato electrónico, y ofrecen la descarga gratuita.
“Desde que nacemos como autores buscamos un tipo de editorial que haga el trabajo que nosotros tenemos ganas de hacer de nuestro libro. Lo más probable es que la editorial ya tenga una forma de trabajar y que nosotros, como autores, no podamos hacer mucho para cambiar eso. Si nos encontramos con un gran editor, eso podría cambiar. Pero pocas veces pasa. Y esa es la reflexión que me hizo pensar en armar una editorial: ¿qué me gustaría que una editorial hiciera por mi libro? Todo, me contesté. Y empecé a aprender desde corregir, diseñar, maquetar, imprimir y encuadernar hasta vender”, explica a Revista Caba,l Lucas Oliveira, Editor a cargo de La Funesiana. “Trabajar con mis manos encuadernaciones que luego son libros de un autor que le van a pertenecer a un lector que las compró me resultan no solo poético, romántico y maravilloso sino hasta erótico. Me sensibiliza muchísimo poner el sudor de mi piel en cada decisión estética tanto como las discusiones sobre cómo corregir personajes o escenas. El gran valor, creo entonces, en la producción artesanal no solo está en mostrar algo valioso sino ser parte de ello.”
Desde el inicio de esta historia, el boca en boca de los lectores, fue arrollador. “Además, preparamos La Revolución del Amor [RL♥] para que todos los encuadernadores del mundo tengan a disposición nuestros archivos para descargar, imprimir y vender estos títulos en cualquier parte del globo.”
•Eloísa Cartonera. Cooperativa Editorial Latinoamericana
El escritor Washington Cucurto (Santiago Vega) es el fundador de Eloísa Cartonera, que fabrica y vende libros con tapas de cartón, el que los cartoneros juntan en la calle. “Nuestros libros, son de literatura latinoamericana de los autores más bellos que hemos conocido en nuestra vida de trabajadores y lectores”, define él. Eloísa nació en el 2003 (“somos un producto de la crisis”) y lleva publicados cerca de los 200 títulos de poesía, cuento, novela breve, teatro, literatura para chicos, de autores argentinos y latinoamericanos. Este año logró tener su local propio en el barrio de Almagro.
“Al principio vendíamos libros y verduras. Fuimos un suceso en la calle y en la prensa mundial. Diarios y radios de todos los países del mundo vinieron a fotografiarse con nosotros y ahí nos dimos cuenta que nuestros libros eran hermosos y que la gente los quería. Ideamos un sistema de trabajo muy sencillo. Fabricar un libro cartonero, es de las cosas más fáciles de este mundo: compramos el cartón a los cartoneros que vienen con el cartón especialmente seleccionado, lo cortamos lo pintamos y le pegamos el interior del libro, que imprimimos en nuestra Multilit 1250 ¡y listo! Así de simple y bello es un libro cartonero”.
El sueño a futuro es editar los cuentos completos de Rodolfo Walsh, escritor y periodista asesinado por los militares en 1976. “Walsh al igual que Francisco Urondo, Bustos, Conti y Santoro es uno de nuestros hombres más importantes; que todos deberíamos leer y descubrir y enamorarnos de sus obras. ¡Cartón es vida y vuelven todos en el cartón!”. Los autores amigos de Eloísa Cartonera son, entre otros autores, César Aira, Adán; Juan Incardona, Fabián Casas, Gonzalo Millán.
•Clase Turista Editorial
Es un sello editorial experimental que reivindica los géneros populares y las resoluciones gráficas no tradicionales. Sus responsables aseguran que buscan estimular “el placer y la propiedad de tele-trasportación que tiene la lectura”, a través de enfoques narrativos originales y resoluciones gráficas distintas. Sus proyectos involucran escritores, artistas visuales y músicos, y también trabajan en colaboración con ferias, instituciones culturales y museos de América Latina y Europa, explorando nuevas formas de impulsar el encuentro entre los lectores y los libros.
•Editorial Conejos
Conejos nació con la idea de crear un espacio de trabajo independiente, “libre de las ataduras y expectativas del mercado”. Esa independencia se traduce en búsquedas que apuntan a descubrir y publicar autores que, por estar fuera del circuito comercial, no tienen espacio y seguir construyendo un proyecto en el que la rentabilidad –que vale-quede subordinada al placer de leer buena literatura.
En mayo de 2011 la editorial lanzó sus primeros cuatro títulos. Desde entonces pelea por abrir nuevos espacios en el panorama actual de la narrativa. Ilustran sus portadas una serie de artistas contemporáneos, bajo la dirección gráfica de Pablo Rivas (Mambo).
•Perfil de la noche
Publican narrativa y poesía hispanoamericana, en ediciones de cuidado artesanal. “El sello integra la tecnología de edición más avanzada -PoD, distribución digital y libre acceso de lectura online- a la delicada paciencia para el armado de cada título”, definen sus responsables. “Nuestros libros jamás se extinguen ni salen de catálogo, y se distribuyen en todos los puntos de Argentina, a través de librerías digitales asociadas, y del exterior, mediante Amazon.”
Verónica Abdala