Alerta: abejas en peligro
El licenciado Diego E. Vázquez, egresado de la Universidad de Buenos Aires, es biólogo especializado en fisiología de insectos y toxicología ambiental. Forma parte del Laboratorio de Insectos Sociales en el Instituto de Fisiología, Biología Molecular y Neurociencias del CONICET. En la actualidad realiza su doctorado, en la misma universidad, estudiando la toxicidad del glifosato sobre el desarrollo de la abeja melífera.
¿Por qué está disminuyendo la población mundial de abejas?
No existe una única causa, debido a los múltiples factores de estrés a los que están sometidas las abejas así como otros animales en los agroecosistemas. Los organismos internacionales han puesto el foco en el sistema actual de producción de alimentos como un todo, donde las malas prácticas agrícolas, la sobreexplotación de los recursos naturales y la falta de conciencia ambiental y de sustentabilidad son el fondo del problema. Las abejas están expuestas a una gran variedad de sustancias en el ambiente, como agroquímicos y otros contaminantes, donde los efectos letales e incluso más sutiles en su biología están ampliamente probados en pesticidas y herbicidas. Además, las abejas deben afrontar enfermedades, climas adversos y la reducción en la diversidad de las flores, debido a los monocultivos y transgénicos, con repercusiones en su salud y nutrición. La disminución de abejas que advierten las Naciones Unidas hace hincapié en los casos estudiados en los Estados Unidos y algunos países del oeste de Europa. En Latinoamérica, y en particular en la Argentina, uno de los principales países del mundo en la actividad apícola y agrícola, existe muy poca información sobre la situación de las poblaciones de abejas.
¿Cuáles son los perjuicios que ocasiona este fenómeno?
Las abejas, como otros animales, se alimentan de las flores, siendo asiduos visitantes de las mismas. Esa interacción permite la polinización de las flores y por lo tanto la reproducción de las plantas, la que depende total o parcialmente de algún animal en un 90% de las especies vegetales. En un sentido productivo, los cultivos dependientes de polinizadores aportan el 35% del volumen de cosecha comercializado. Los organismos internacionales remarcan que existe una fuerte correlación entre la disminución de los polinizadores y la caída en el rendimiento y calidad de los cultivos. El perjuicio no se restringiría al sector alimenticio únicamente, sino también a la producción de fármacos, biocombustibles, textiles, etc.
¿De qué forma se puede revertir esta tendencia?
El consenso internacional indica que la tendencia solo puede revertirse modificando el sistema productivo del agroindustrial dominante hacia uno agroecológico sustentable. Para esto se propone, entre otros objetivos: diversificar los cultivos promoviendo las economías regionales y la producción orgánica; proteger la fauna y flora nativas como parte del sano funcionamiento del agroecosistema, y la aplicación del manejo integrado de plagas para reducir el uso de agroquímicos. La concientización de la sociedad, tanto de los consumidores como de los productores, y la ejecución de políticas públicas son necesarias en este proceso.
¿El rol de las abejas en el medio ambiente puede ser realizado por alguna otra especie?
La mayoría de los polinizadores son especies de insectos silvestres entre los que se encuentran más de 20 mil especies de abejas pero también encontramos mariposas, escarabajos, moscas e incluso vertebrados como aves y murciélagos. Todas estas especies en conjunto constituyen comunidades de polinizadores que en algunos casos visitan flores de manera muy específica. La conservación de la biodiversidad, entonces, se vuelve fundamental. Los factores de estrés mencionados previamente afectan en diferente medida a todo el conjunto. La abeja melífera, la principal especie de abeja domesticada, está ampliamente distribuida en todo el mundo y es omnipresente en las áreas agrícolas. De esta manera, su monitoreo nos puede advertir del riesgo al que está expuesto el resto del ecosistema.
¿Las abejas pueden reproducirse en laboratorio o en criaderos?
La abeja melífera puede reproducirse en ambos contextos, lo que ha permitido una vasta generación de conocimiento científico sobre su biología y el desarrollo de la apicultura. La domesticación de esta especie implica el manejo de las poblaciones y la explotación de los recursos del nido, de donde se extraen miel, polen, jalea real y propóleo. Entonces, el oficio del apicultor se basa en el respeto a estos insectos, retribuyéndole con su protección. Sin embargo, las abejas no dependen de la intervención del humano para sobrevivir y reproducirse, pero podemos condicionarlas. La multiplicación de las poblaciones depende de las condiciones en las que se encuentra el medioambiente donde ellas buscan alimento. Por lo tanto, las abejas domésticas, como las silvestres, incluso en mayor medida, dependen de un ambiente sano.
Si el problema principal es el uso de agrotóxicos, ¿su prohibición sería una solución al problema? ¿O hay otros?
Sin lugar a dudas, los agroquímicos (pesticidas, herbicidas, fertilizantes, etc.) tienen un rol importante entre los factores de estrés. Desde la perspectiva técnico-científica su toxicidad está demostrada, es decir no son inocuos, pero como con cualquier sustancia, en toxicología todo depende de la dosis y el tiempo de exposición. Por eso son fundamentales los monitoreos medioambientales y el control de su uso. Es así que la prohibición está atada a la peligrosidad de cada producto y a las políticas públicas en salud, medioambiente y economía. Dentro del esquema actual, es fundamental la intervención del Estado en la evaluación y monitoreo de estas sustancias para minimizar el impacto ambiental.
¿Se puede mejorar la resistencia de las abejas a estos agentes tóxicos?
Existen estudios en la abeja melífera que abordan la resistencia a parásitos u otros patógenos, pero no es un enfoque tan común con agroquímicos. Depende de la bioquímica de estas sustancias en la posibilidad de generar poblaciones tolerantes. De todos modos, la verdadera solución no sería esa ya que la abeja melífera es solo una especie en la comunidad de polinizadores. La susceptibilidad entre especies varía. Para proteger a la totalidad de las abejas y polinizadores silvestres debemos buscar el uso de sustancias menos peligrosas y minimizar su aplicación.
¿Existe la posibilidad de que haya trazas de agrotóxicos en, por ejemplo, la miel que consumimos?
Existen trabajos científicos donde se reportan trazas de agroquímicos en la miel y otros productos de origen apícola. Es más, los organismos nacionales e internacionales poseen legislación donde se limita la cantidad permitida de trazas en los alimentos comercializados. Difícil pensar en alimentos libres de estas sustancias en el sistema agroproductivo actual.
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