Jairo: “Con el público tenemos un amor correspondido desde hace cuarenta años”



Entrevistas

Mario Rubén González es el nombre real de Jairo, una de las voces de habla hispana más cálidas y hermosas. Su pasión por la música se despertó en la escuela primaria. De ahí que a los trece años abandonó su Córdoba natal para probar suerte en Buenos Aires. Su gran oportunidad profesional llegó de la mano del artista Luis Aguilé, quien le propuso viajar a España para grabar su primer disco. Éste resultó ser el paso inicial hacia una prestigiosa carrera en Europa como cantante y compositor. Sin embargo, más allá del éxito cosechado en el “viejo” continente, en 1994 Jairo decidió regresar definitivamente a la Argentina.
A lo largo de cuarenta años de carrera, Jairo ha grabado alrededor de 500 canciones en varios idiomas, plasmadas en cuarenta y dos discos. Su último trabajo, Jairo, Concierto en Costa Rica, fue grabado en vivo en un teatro de la capital de ese país Rica junto a la Orquesta Sinfónica Juvenil. Son dos CD y un DVD que atesoran lo mejor de su trayectoria.

Cabal Digital: ¿Cuándo fue la primera vez que cantó en público?
Jairo: Siempre me interesó la música. Este interés surgió a partir de una propuesta que me hicieron las maestras cuando yo tenía seis o siete años, época en la que yo no sabía que podía cantar. Ellas me escucharon cantar en el coro y me propusieron participar en un acto de fin de año cantando una canción. A partir de ese momento creo recordar que he participado en todos los actos del colegio. Fue en esa época cuando yo supe que iba a ser cantante.


¿Y cuándo nace su interés por la pintura?
Desde chico también me gustaba mucho dibujar, entonces en el colegio dibujaba, por ejemplo, la casita de Tucumán cuando se acercaba la fecha del 9 de julio, y las maestras la ponían en la entrada de la escuela.


¿Cuál considera que es su principal virtud como artista?
Me considero un músico bastante dúctil ya que me adapto muy bien a los diferentes estilos. Claro que esto no significa que todo lo haga bien pero en estilos muy disímiles  considero que me desenvuelvo bastante cómodo, como por ejemplo en el folckore, el tango y en las canciones de autor. Me gusta mucho cantar este tipo de cosas. Cuando empecé a trabajar con Daniel Salsano hace unos veinticinco años, él me dio un lenguaje más personal, es decir, su lenguaje, su escritura me dieron un lenguaje como cantautor y como artista.


¿Existe algún trabajo discográfico o algún momento puntual de su carrera que recuerde con un cariño especial?
Me he dado todos los gustos como cantar poemas de Borges, a quien considero el punto más alto de la cultura argentina. También, haber cantado con Astor Piazzolla, haber conocido y frecuentado a Atahualpa Yupanqui, componer canciones con María Elena Walsh y con Horacio Ferrer. Más que un elemento o una canción o una obra determinada, yo rescataría momentos de mi carrera; en cuanto al aprendizaje, el momento más interesante que yo rescataría, también por la sorpresa que me generaba encontrar algo nuevo cada día, es el hecho de haber vivido en Francia y haber trabajado muchos años allí; creo que ese ha sido el momento más importante de mi carrera.


¿Cuál ha sido el momento más difícil que le tocó atravesar en su carrera?
La carrera de un artista tiene altibajos, tiene momentos duros y bonitos; entre los complicados que me tocó vivir, tuve que vencer un obstáculo totalmente inesperado con respecto a mi instrumento: la voz. Una vez, hace muchos años me pasó una cosa espantosa, me quedé sin voz; de sólo acordarme me produce escalofríos. Hasta ese momento yo desconocía que algo así podía pasar; luego me encontré con cantantes líricos que han tenido ese inconveniente, incluso una vez me llamó Norma Aleandro para preguntarme cómo había sido el tratamiento, cómo lo había superado yo porque ella tenía una afección similar. Una vez descubierto mi problema, me sometí a un tratamiento muy simple y afortunadamente todo salió bien.


¿Qué lugar ocupa hoy la pintura en su vida?
A la pintura siempre le he dedicado mucho menos tiempo que a la música, y lo digo con cierta pena porque en realidad yo disfruto tanto pintando como cantando; es un placer distinto pero igual en cuanto a la calidad; el hecho de pintar implica un momento muy bonito para mí. En los últimos tiempos le he dado más espacio a la pintura; realicé mi primera exposición en el Centro Cultural Recoleta, con mucho éxito, a la gente le gustó mucho, y esto me impulsa a continuar con la idea de pintar.


Grabó recientemente su último trabajo discográfico en Costa Rica, ¿qué puede contarnos sobre el disco y sobre su relación con este país?
Acabo de pasar la barrera de los cuarenta años cantando, desde que grabé mi primer disco con el seudónimo de “Jairo”, porque en realidad cantando llevo mucho más tiempo, casi toda la vida. Para conmemorar estos cuarenta años hicimos una grabación de un DVD y dos CD, porque eran muchas canciones, en Costa Rica. Lo hicimos allí porque yo tuve una especie de romance extraordinario con el público de ese país desde mi primer disco hasta ahora; es un amor completamente correspondido ya que nos queremos mucho. Es maravilloso salir a cantar en ese país porque el público se sabe todas las canciones; me han seguido siempre muy de cerca.  Grabar este disco allí fue una forma de devolver tanto cariño y afecto. En cuanto al repertorio del disco fue una forma de hacer un repaso por lo mejor de mi carrera. Considero que un artista que no se renueva, que se acomoda a una circunstancia, deja a un lado su condición de artista genuino, por eso es que a mí me cuesta mucho revisitar el pasado en cuanto a mis canciones, pero en la grabación de este último disco encontré cierto placer e incluso algunas nuevas versiones de temas clásicos hasta me sorprendieron.