Hay personas que se desmoronan ante el primer contratiempo. Y hay otras que siguen para adelante aún después de haber vivido una fatalidad. Qué es lo que hace que sea así es terreno de la psicología o vaya a saber uno de qué otra disciplina más espiritual. Pero de lo que no hay dudas es que Verónica Brunati (periodista deportiva, 42 años, mamá de Agustín y Lucía) es de las segundas. 

La noticia pegó fuerte, sobre todo en el ámbito del periodismo. El Mundial de Brasil se acercaba a su instancia decisiva. El local acababa de perder por goleada con Alemania y se aguardaba la otra semifinal entre Argentina y Holanda. Verónica y su pareja Jorge “Topo” López estaban con sus hijos en San Pablo cubriendo el evento. Y entonces la fatalidad: a la madrugada, el taxi en el que viajaba el cronista fue embestido por un auto conducido por delincuentes que huían de la policía. López salió despedido y falleció. 

Brunati se enteró de la terrible noticia por Twitter, cuando empezaron a llegar las condolencias del mundo del fútbol. Habló con sus hijos y, sin respiro, tuvo que empezar con los trámites del deceso. En el medio, recuerda, gritó como nunca los goles argentinos en los penales frente a los holandeses. 

Cinco años después, se la ve entera. Con la misma fuerza y el mismo coraje que alguna vez la llevaron a hacerse un lugar en un ambiente tan machista como el del fútbol y el del periodismo deportivo. Verónica se hizo a sí misma. Cuando terminó de estudiar, no esperó a que algún medio olvidara los prejuicios y la contratara, sino que fue ella quien con lucidez, inteligencia y capacidad de trabajo empezó a ofrecer coberturas. Así se fue haciendo una nutrida agenda y empezó a ser valorada. Vivió en España y trabajó para medios de todo el mundo. Hoy es una de las caras de la señal TNT Sports, una de las dos que transmite el fútbol local.