Entrevista a Teresa Parodi y Víctor Heredia

Entrevistas

Los cantautores se presentan el próximo 6 de octubre a las 21.30 en el Teatro Coliseo.

Son dos caras de una misma moneda. O, mejor, dos voces de un mismo canto. Contemporáneos (nacieron el mismo año), comprometidos y populares, cantautores que le ponen poesía a la realidad, por dura que sea, se reúnen por primera vez sobre un escenario como coprotagonistas de un espectáculo. Aunque ambos tuvieron otras sociedades (Parodi con Marián Farías Gómez y Heredia con León Gieco, por ejemplo), ésta, que no casualmente se da en estos días de crisis, los encuentra en un estado de madurez personal y artística que, lejos de significar una competencia, implica la suma de su poética y de su música.

En Tu voz es mi voz, que presentarán el 6 de octubre en el Teatro Coliseo*, no solo cantarán cada uno sus temas más emblemáticos, sino que interpretarán los del otro, a razón de, en ambos casos, siete canciones, con arreglos propios. Además, sumarán canciones nuevas compuestas por los dos. En algunos casos, letras de uno musicalizadas por el otro; en otros, músicas de uno a las que el otro les pone poesía. Es decir, una verdadera comunión, y no la habitual fórmula de hacer cada uno la suya y luego solo compartir la interpretación de algunos temas.

Para Teresa Parodi, “cantar a Víctor es natural para mí desde siempre. Por ejemplo desde que, allá lejos en mi tierra, me llamaban sus versos claros, sus melodías profundas a soñar con otros la patria y su esperanza inclaudicable de libertad y venturoso porvenir. Sus canciones cántaros, sus canciones banderas, sus canciones hermanas y amorosas compañeras en los caminos que nos trajeron hasta aquí siguen siendo consignas luminosas para nuestro pueblo. Por eso, cuando hoy me acerco una vez más a ese repertorio que musicalizó nuestra historia, cada palabra y cada nota me conmueven por la belleza y la vigencia intacta y me digo con admiración ‘qué manera de alumbrar’. Hermosa tarea me toca, cantarlas en este sinuoso tiempo de soledad pero también de lucha por un mundo mejor posible al que nunca habremos de renunciar”.

En tanto, para Víctor Heredia “hay un rumor de bañado y silbidos de pájaros y río en las canciones de Teresa. Las tarareo y todo el paisaje correntino me abraza. Pueblos, gentes, oficios duros, rostros humildes y serenos que expresan su esperanza, su dolor, sus pequeñas y familiares alegrías. Qué orgullo, qué honor tocar esas pinturas que son sus poemas, sus músicas. Esto que va a sucederme al cantarlas será un añorado privilegio. Ojalá pueda dar la talla”.

Intérpretes, en más de un sentido, de su pueblo y de sus pueblos-ciudades (Paso del Rey el de Víctor, Corrientes el de Teresa), nos hicieron conocer personajes entrañables (El viejo Matías él, Pedro Canoero ella, entre muchos) y realidades semiocultas que sacaron a la luz en forma de canción, denuncias a voz en cuello pero siempre lejos del panfleto y cerca de la poesía. Siempre lejos de la derrota y cerca de la esperanza.

La canción los convocó a ambos desde pequeños y nunca dejaron de asistir. Si bien Teresa Parodi dedicó buena parte de su juventud a la docencia, la música estaba ahí. Víctor Heredia, en cambio, arrancó su carrera en la adolescencia y a sus 19 años fue Revelación en el Festival de Cosquín, lo que le sirvió de trampolín para lo que vendría, que fue mucho. Varios años después, en 1984, ella recibió en el mismo escenario el premio Consagración.

Ella se concentró en la música ya en sus treinta, y arrancó como cantante invitada de Astor Piazzolla en una gira nacional con su Quinteto. Al finalizar el tour, fiel a su estilo, el famoso bandoneonista le dijo: “Usted tiene una fuerza que me hace acordar a Milva. Yo no puedo hacer nada por usted, porque está en otro rubro. Le puedo dar currículum. Diga nomás que cantó con Piazzolla. Ojalá le sirva de empujón”. Con o sin ese empujón, irrumpió en la escena grande de la música popular con su disco Desde Corrientes, musicalizó en Canto a los hombres del pan duro a poetas como Jorge Calvetti, Manuel J. Castilla, Jorge Luis Borges, Leopoldo Marechal y Francisco Madariaga (un recurso que retomó el año pasado en su disco Todo lo que tengo y poetas como Elvio Romero, Julio Cortázar, Juan Gelman y María Elena Walsh), y rompió taquillas en el regreso a la democracia con hits como Apurate José y Pedro Canoero.

Heredia, en cambio, cosechó éxitos desde comienzos de los 70, empezando por El viejo Matías, hasta que el golpe del 76 lo puso en el freezer. Mucho peor, en realidad, ya que su hermana María Cristina y su cuñado fueron secuestrados por la dictadura y permanecen desaparecidos. El dolor no le impidió seguir adelante. Al contrario, volcó en la música su compromiso social (que incluye a los pueblos originarios, como en su obra conceptual Taki Ongoy) y acompañó los acontecimientos del país con canciones que el tiempo y el público convirtieron en clásicos, en himnos de toda una generación pugnando por salir de la oscuridad primero y de las sucesivas crisis más tarde. Así, temas como Sobreviviendo o Todavía cantamos fueron la banda de sonido de aquellos años pero también suenan cada vez que la realidad les devuelve actualidad y los hace pertinentes.

El compromiso social de Teresa Parodi no le fue en zaga. Siempre presente en sus canciones, también lo trasladó a la arena política –que en sus años mozos había tomado la forma de la militancia–, primero como directora del espacio de las Madres de Plaza de Mayo en el Espacio Cultural Nuestros Hijos (Ecunhi), en la ex ESMA, y luego como ministra de Cultura de la Nación durante el segundo mandato presidencial de Cristina Fernández de Kirchner.

Innumerables distinciones, decenas de discos, giras por el país y el mundo, más varios libros en el caso de él y una película en el caso de ella, son apenas un rápido inventario de lo mucho que hicieron en el terreno de la cultura popular. Del mismo modo que lo son sus sociedades artísticas con artistas de aquí de allá que ahora, con Tu voz es mi voz, ambos agregan simultáneamente a sus respectivas carreras.

 

* Tu voz es mi voz, Teatro Coliseo, Marcelo T. de Alvear 1125, sábado 6 de octubre a las 21. 30. Entradas en venta a través de Ticketek