Entrevista a Marta Minujin
Marta Inés Minujín viene rompiendo los moldes hace más de cinco décadas. Aunque su biografía indica que nació en Buenos Aires el 30 de enero de 1943, ella jura que viene "de otro planeta". Le creeríamos si no fuera porque no sabe indicar cuál es ese otro cuerpo celeste que la dio a luz. Pero más allá de la metáfora, lo que nadie puede negar es el carácter singular de esta artista plástica que siempre ha provocado a través de sus obras e instalaciones.
Casada en secreto a los 16 años con el economista Juan Gómez Sabaini, Minujin desafía las convenciones y prejuicios como pocos. ¿Quién podría imaginar que una artista de vanguardia como ella, que vivió la bohemia parisina de los 60, que trabó amistad con el mismísimo Andy Warhol y cuya obra da cuenta de una apertura mental y sensorial tan especial, consagraría la institución matrimonial con dos hijos y más de 50 años de casada? Indudablemente, cuando uno se aproxima al mundo Minujín debe dejar los prejuicios bien lejos.
Habitué del célebre Instituto Di Tella, en 1965 Minujín presentó junto a Rubén Santantonín la instalación La Menesunda en aquella meca del arte argentino de la calle Florida. "Tontería" y "estupidez" la calificó La Gaceta, "lamentable" dijo La Nación y "enervante" publicó La Prensa sobre aquella ambientación en la que el visitante recorría 16 zonas que mostraban situaciones cotidianas llevadas al extremo. Desde un espacio con televisores que mostraban distintos canales algunos y a los propios espectadores otros hasta un dormitorio con una pareja en la cama, pasando por una especie de cámara frigorífica y aromas a fritura, La Menesunda rompía con sus modos todos los esquemas conocidos hasta el momento. Se proponía, según rezaba el texto curatorial de la exposición, "sacar a la gente del estupor de la vida cotidiana y obligarla a enfrentarse a esa cotidianeidad representada por objetos en extremo familiares, para abrir nuevas lecturas". Hoy, y hasta el 22 de mayo, se puede ver una reconstrucción de aquella obra en el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires bajo el nombre de La Menesunda según Marta Minujín, con críticas seguramente muy distintas a las de su inauguración.
Pero no ha sido La Menesunda la exposición de Minujín más vista. Y es que tiempo después su arte ganó la calle, literalmente. Entonces se sucedieron diferentes instalaciones que seguramente serán muy recordados por el lector. El lobo marino hecho con alfajores en Mar del Plata es uno de ellos, pero también tuvo mucha repercusión el pago simbólico de la deuda externa con choclo que Minujín le hizo a Andy Warhol en 1985, dos años antes de la muerte del gran artista pop estadounidense.
A los 73 años y mientras prepara su próxima obra en las costas de Vicente López, Marta Minujín es un mito viviente de la escena artística rioplatense.
¿Cuál es tu obra preferida de Marta Minujín?