Marina Glezer es sensible y verborrágica como persona, tanto como versátil y talentosa como actriz. 
Sus padres tuvieron que exiliarse a Uruguay y luego a Brasil durante la última dictadura militar argentina, y fue en la ciudad de San Pablo, donde nació Marina. En 1983, en plena democracia, su familia regresó a la Argentina. Este pasado quedó grabado a fuego en su memoria y aún hoy sigue reflejándose en su compromiso con la política y los derechos humanos.

Su vocación por la actuación le llegó a los 16 años de la mano de quien fue su primer gran maestro: Norman Briski. A los 18 hizo en teatro Adolece que no es poco, con Lía Jelín, y luego integró la cooperativa La Prole. Sus primeras participaciones en televisión fueron en los ciclos Gasoleros, Por ese palpitar, Primicias, Culpables y Epitafios. En 2003 le llegó el personaje de Pelu en la película El Polaquito, dirigida por Juan Carlos Desanzo, en la que interpretó a una joven prostituta que trabaja en una estación de tren. Este papel le generó el reconocimiento del público y la distinción a la mejor actriz en los Premios Cóndor de Plata y en el Festival de Cine de Montreal.

A esta película le siguieron otras como Roma, Valentín y Diarios de Motocicleta, dirigida por Walter Salles, en la que interpretó a la hermana del Che Guevara. Sus últimas participaciones fueron en la exitosa novela Avenida Brasil para la TV Globo, en Las 13 esposas de Wilson Fernández, serie ganadora de Fomento TDA, y en la obra El Estadio de Arena en el Teatro Sarmiento. En el próximo mes de noviembre, Marina Glezer estará filmando la nueva película de Alejandro Agresti, Mecánica Popular, y participando del ciclo televisivo La Casa, de Diego Lerman.

Mirá el video con la entrevista a Marina Glezer