Entrevista a Enzo Maqueira
Enzo Maqueira dice que no tiene forma de sondear su primer vínculo con la escritura. Que todo empezó muy pronto, porque a los nueve años ya estaba intentando hacer literatura e incluso antes de aprender las letras solía ponerse a dibujar en forma secuencial.
Ruda macho, su primera novela (Lea, 2010) se centró en la vida de un chico con poderes sobrenaturales que crece en el contexto sofocante de un colegio religioso. Y luego apareció El Impostor (Milena Caserola, 2011), una historia corta que organizada en nueve capítulos cuenta el devenir de “un tipo cualquiera” que en cierta ocasión se topa con un asesinato involuntario al que le sigue un fin de semana interminable. Electrónica (Interzona, 2014) fue definitivamente su obra más conocida, en gran medida por la acertada pintura que propone sobre los universitarios argentinos en los albores de este siglo. No por nada una de las revistas literarias más importantes del país la calificó como “la novela necesaria de una generación”.
Ahora Maqueira sacó un nuevo libro que se titula Hágase usted mismo (Tusquets, 2018) y trata sobre un hombre que deja todo para marcharse a la Patagonia y “empezar otra vez” buscando, como tantas almas bienintencionadas, que el arte lo salve de la mediocridad. Se trata de un relato despiadado, con aires de policial doméstico, acerca de los grandes mandatos de nuestro tiempo. Y de esa búsqueda desesperada -y tan reconocible- de la felicidad, la aprobación y la trascendencia.
“La literatura se divide en muchos kiosquitos”, advierte el autor refiriéndose a su trabajo cotidiano. Por un lado está la propia obra –a la que describe como “lo más importante”-, además de las clases (él mismo da clínicas de escritura y es docente universitario) y otras actividades como la edición y la redacción de libros por encargo (tareas a las que también se dedica). “Pero la vida de un escritor está sí o sí y siempre pegada a una computadora, cosa que no está buena” asegura. Y no es para menos tampoco: con poco más de 40 años (nació en 1977), Maqueira pasó tres años trabajando en Ruda macho, cinco en Electrónica y cinco más en Hágase usted mismo, publicaciones a las que se suman más libros y decenas de crónicas. “Si me hubiesen adelantado esto de chico, que ser escritor significaba no ver el sol en tres días, hubiera dicho que no -concluye-. O escribís, o vivís”.