Actor, cantante, bailarín y conductor, Diego Reinhold se destaca por su talento, y ya cuenta con una sólida trayectoria en teatro, cine y televisión.
Personaje histriónico e hiperquinético, se mueve con gran comodidad en el ámbito del humor, el stand up y la comedia musical.

Mientras sus compañeros de la escuela primaria escuchaban a Miguel Mateos y a Los Abuelos de la Nada, él era siempre el diferente del grado, ya que se fascinaba con el jazz y la música clásica, al mismo tiempo que sentía la certeza de que algún día sería artista. A partir de los 10 años comenzó un largo proceso de formación que incluyó estudios de danza, teatro, música, saxo y canto. Tomó clases con celebridades de la actuación como Agustín Alezzo, Raúl Serrano, Ricardo Bartis, Hugo Midón, Norman Briski y Augusto Fernándes.
A los 17 años debutó como actor y al poco tiempo se volcó también al baile, disciplina que hoy lo satisface más que cualquier otra.

Como referente del Stand Up local protagonizó los espectáculos Cómico Stand Up y Rococó; formó parte de prestigiosos musicales como Boquitas Pintadas, Mina, che cosa sei y El Pasajero;  participó en películas como La suerte está echada, El día que me amen y Miss Tacuarembó; pero el gran reconocimiento popular le llegó de la mano de su personaje en el ciclo televisivo Los exitosos Pells, trabajo por el cual recibió el premio Martín Fierro como Revelación y el que lo impulsó hacia nuevas oportunidades en la pantalla chica, como en los ciclos Botineras, Nico Trasnochado y Demoliendo Teles.

En la actualidad podemos ver a Diego Reinhold en la pieza teatral Bulebú, el espectáculo en el que debuta como productor y en el que ha volcado todo aquello que le gusta hacer como artista. Una propuesta original que combina humor con música en vivo, bailes de los años '50 y '60, juegos de proyecciones y mapping, una banda de siete músicos en escena, bajo la dirección de Nicolás Sorin, en la Sala Siranush.

Hoy, a 23 años de haber iniciado su carrera, cuenta ya con 11 premios, como el Kónex, Martín Fierro, Estrella de Mar y ACE, con el respeto y admiración del público, la crítica y sus pares, y con la satisfacción de haber superado las metas y sueños con los que fantaseó de chico.