Entrevista a Coti Sorokin
“Cuando hago un tema, no me importa mucho para quién es, porque creo que si la canción es buena, le tiene que quedar bien a cualquiera”, dijo alguna vez el músico, compositor y productor Coti Sorokin (o Roberto Fidel Ernesto Sorokin Esparza, según su DNI). Y cuesta encontrar otra frase que lo defina mejor. Porque antes de lanzarse a su propia carrera como solista, el rosarino de 44 años colaboró con músicos tan distintos como Enrique Iglesias, Diego Torres, Paulina Rubio, Julieta Venegas o los hermanos Javier y Andrés Calamaro, entre muchísimos otros. Como para romper tabúes y antagonismos de géneros musicales. “Al final, el público es mucho más desprejuiciado de lo que uno cree. No escucha géneros, escucha canciones”, cree Coti.
Lo cierto es que, según él mismo suele confesar, sus comienzos en la música no fueron nada sencillos. Apenas llegado a Buenos Aires, muy joven y sin un nombre en el ambiente, hizo de todo para ganarse la vida con lo que mejor sabía hacer: daba clases, dirigía coros de niños, tocaba en fiestas. Hasta que conoció al menor de los Calamaro. Javier lo llevó a trabajar a su estudio y desde ahí Coti empezó de a poco a codearse con los grandes. Por ese entonces, corría el año 1995, cuando aún estaba muy lejos de tener una buena posición, nacieron sus primeros mellizos, Maia e Iván.
Al poco tiempo, sin embargo, Coti dio su primer “golpe” como compositor de un tema para otro artista, la actividad que a partir de allí empezaría a darle un lugar en la música. Su amiga Claudia Brant, también compositora de grandes éxitos latinos, lo llamó porque le habían pedido un tema para el primer álbum de Natalia Oreiro. El resultado fue “Me muero de amor”, una canción que a fines de los 90 sonó bastante, ya que Natalia ya era una actriz muy conocida. Por aquellos tiempos ya estaba colaborando también con Andrés Calamaro, quien trabajaba en ese monumental disco que fue Honestidad Brutal. Y los grandes artistas lo empezaron a convocar seguido, como productor o para interpretar algún tema suyo. Sus hits empezaron a sonar en bocas de otros: “Luz de día” (Los Enanitos Verdes), “Quitapenas” (Javier Calamaro), “Color Esperanza” (Diego Torres) y muchísimos más.
Mientras seguía colaborando con otros músicos, Coti vio que también era el momento de arrancar con su propia carrera solista. En 2002 lanzó su primer disco, llamado simplemente Coti. Como no podía ser de otra manera, algunas de sus canciones pronto pasaron a ser de las más pasadas en las radios, como “Antes que ver el sol” y “Nada fue un error”. Dos años después de aquel debut nacieron los otros mellizos, Leyre y Dylan. Y los álbumes propios empezaron a brotar: Canciones para llevar (2004), Esta mañana y otros cuentos (2005), Gatos y Palomas (2007), Malditas canciones (2009), Lo dije por boca de otro (2012, donde interpretó aquellos temas que había compuesto para otros artistas) y Qué esperás (2015).
Luego de tocar en el Teatro Colón en 2017, en el marco de un ciclo de conciertos realizados por el suplemento Cultura del diario La Nación, hoy Coti se encuentra presentando por todo el país “Cercanías y Confidencias Tour”, una gira totalmente acústica y unipersonal, donde se luce tocando el piano, la guitarra, el ukelele, el bandoneón y la armónica.