Entrevista a Claudio Tolcachir

Entrevistas

El conocido director, autor teatral y actor conversó con Revista Cabal acerca de la realización en febrero del Festival Temporada Alta en Buenos Aires, que se hace en su teatro, Timbre 4. Además de explicar distintos rasgos del encuentro y de puntualizar qué países tendrán participación en él, se refirió también a cómo nació la iniciativa, que va por su quinta versión anual. Sobre el final de la charla, adelantó algunos otros proyectos que tiene para 2017.

Entre las novedades que cada año ofrece la temporada teatral de verano en Buenos Aires,  se puede afirmar que, desde hace cinco años, existe una que exhibe un atractivo especial por las características de su propuesta, que incluye obras y autores de distintos países en una vidriera de muy variada factura estética, con predominio de lo contemporáneo. Nos referimos al Festival Temporada Alta en Buenos Aires (TABA), que este año tendrá lugar entre el 4 y el 16 de febrero, siempre con sede central en el Teatro Timbre 4 de la calle México, en el barrio de Boedo. Esta será la quinta edición de este festival, que comenzó en 2013 y que en esta oportunidad presentará obras de Cataluña, España, Perú, Chile, Uruguay y Argentina. Serán dos semanas de celebración teatral que, además de la representación de esas obras, incluirá mesas de conversación con autores y productores, workshops, talleres y el tradicional torneo trasatlántico de dramaturgos.  

Feliz por la concreción de esta quinta edición, pero ansioso porque todo salga como ha sido planeado, el director y autor teatral Claudio Tolcachir, máximo responsable de Timbre 4, conversó con Revista Cabal para contarle aspectos de esta valiosa movida que, entre sus rasgos más interesantes, tiene el de ser encarada por un teatro independiente al que, como a la mayoría de los grupos de esa naturaleza, nunca le sobran los recursos económicos. Tolcachir cuenta que la idea de hacer este encuentro aquí surgió hace cinco años, precisamente, en Girona, Cataluña, donde todos los años se hace el llamado Festival Temporada Alta de esa ciudad, tal vez el más importante en este momento de España y que es muy grande y de mayor extensión en el tiempo que el de Buenos Aires.

“Desde un comienzo hicimos una relación estrecha con los organizadores de ese festival al que fueron invitadas todas mis obras –comenta el director-. Ellos son muy hinchas de este proyecto chiquito que es nuestro teatro, que siempre trata de inventar cosas, y también apuestan mucho al teatro argentino. Todos los años tienen en su programación alguna obra nuestra. En 2016 fueron invitados Mauricio Kartun y Daniel Veronese. Y en las múltiples reuniones que teníamos, en algunas tomando ricos tragos, se nos ocurrió que sería muy lindo que pudieran venir a Buenos Aires y armar en Timbre 4 algo parecido, aunque en otra escala. Y así surgió la idea que luego perfeccionaron y lograron llevar a la práctica Narcis Puig, uno de los programadores del festival de Girona, y Jonathan Zak y Maxime Seuge, que son nuestros programadores. La primera edición duró un par de días y se representaron un par de obras, hace cinco años. Este año incluye más días y mayor cantidad de obras, que vienen no solo de España sino también de Perú, Chile y Uruguay. Bueno, al principio parecía una locura, pero como se ve pudimos organizarlo dentro de un teatro como es el nuestro. Por supuesto, con el apoyo de ellos, y buscando otros respaldos y dineros, porque, claro, hay que traer a muchas personas y darles alojamiento. Desde luego, todos los que vienen saben que llegan a un festival chiquito y no tienen pretensiones económicas desmedidas. Vienen, sobre todo, porque les gusta visitar Buenos Aires y Timbre 4.”

Jonathan Zak, que interviene también en el diálogo con Cabal, agrega: “La programación es fruto de una curaduría conjunta entre Timbre 4 y el Festival Temporada Alta de Girona, más específicamente con Narcis Puig, uno de sus responsables artísticos. Con él discutimos posibilidades para tener una programación variable en cuanto a propuestas y, sobre todo, viable dadas las condiciones del evento, que como se explicó es pequeño. A Timbre 4 participar en este encuentro le requirió consolidar y ampliar un equipo que esté preparado para encarar una actividad de estas características, entrenado en áreas que no manejábamos, como ser la logística o la organización de eventos. El propósito principal que nos mueve a llevar a cabo esta movida es devolver al mundo algo de lo que nos da cuando viajamos, enriquecer la cultura de la ciudad con el intercambio y festejar.”

“Para nosotros es un enorme placer hacer este festival y ofrecérselo como espacio de disfrute a la gente que nos sigue –aporta otra vez Tolcachir-. Nos gusta abrir las puertas al público de algo diferente, mostrarle este enfoque de teatro catalán mezclado con teatro argentino, y de obras de otros teatros de América Latina. La verdad que es maravilloso. Las representaciones y los talleres que hacemos se llenan, igual las charlas con los espectadores. Por este festival han pasado en las ediciones pasadas más de 20.000 personas y más de 20 compañías internacionales y nacionales. Y el público tiene una especial participación al elegir al ganador del torneo entre las obras que compiten de dramaturgos catalanes y argentinos. Y lo genial es que se asiste al nacimiento de una obra. Los autores presentan sus piezas y el público desconoce de qué origen es cada una de ellas. Y luego vota y elige a la triunfadora. Todas las obras que se eligieron en ediciones pasadas tuvieron luego su recorrido. El público tiene también encuentros con teatristas, creadores, críticos y productores. Se hacen talleres de escenografía y de luces. Además para los autores extranjeros probar sus obras con otro público es importante, pues pueden ver cómo funcionan. Al mismo tiempo, eso es un desafío para el propio público que se enfrenta a textos de otros países y para nosotros mismos, porque nos permite ir abriendo esa red.”

Respecto del hecho que se haya sumado Perú, Chile y Uruguay, Tolcachir añade: “A todos esos países hemos llevado nuestras obras y fue a partir de esas experiencias con distintos grupos que fuimos desarrollando vínculos que nos permitieron acercarlos ahora al festival. Viajar te otorga esos privilegios. Con Perú te diría que es el vínculo más nuevito, comenzó hace un par de años. Llevamos a ese país todas nuestras obras y hemos ido también a dar clases. Y  ellos viajan ahora a Buenos Aires. Perú ha tenido en los últimos años un desarrollo teatral muy atractivo, nuevo. Y ellos lo enfocaron mucho en la dramaturgia. Son de los que piensan que sembrando mucha dramaturgia el teatro florecerá. Le dan mucha pelota, sobre todo, a la nueva dramaturgia local. Con Uruguay tenemos desde el comienzo una relación teatral muy fuerte. Y ellos tienen un movimiento teatral de mucho empuje hace ya rato. Lo mismo Chile. Nuestra idea es que esos lugares que visitamos regularmente se sumen a este proyecto del que estamos tan orgullosos y tratar de que, cuando vienen aquí, puedan luego recorrer los otros países. De todo esto se ocupan Jonathan y Maxime, que son los verdaderos motores de este proyecto y hacen un trabajo descomunal como programadores. “

“Me crié en el teatro independiente  -continúa Claudio- y creo que hay un sello en los movimientos de este origen que es no esperar. Yo en su momento necesitaba un espacio y lo inventamos, no había obra y la escribimos, no había público y salimos a buscarlo. Y cuando viajamos a los festivales de estos países y nos reciben y tratan tan bien, cuando te ayudan y te difunden, surge un sentimiento de gratitud y reciprocidad. Como decía Jonathan: se produce un deseo de devolver un poco todo lo que te dan cuando viajas a verlos a ellos. Y algo de esto es lo que se cumple al hacer este festival. Y nosotros estamos también muy reconocidos con ellos por la ayuda que nos dan para montar este festival, que es muy importante. Timbre 4 es un teatro totalmente independiente. Uno ve toda esta movida y podría pensar otra cosa. Y no, recibe los mismos subsidios que cualquier sala independiente de Buenos Aires, ni un peso más ni menos que lo que le corresponde. Y todo lo que produce, realiza, hace o inventa es a tracción a sangre, a pulmón, porque no es un teatro que viva de los subsidios ni que tenga sponsors. Vivimos de lo que generan las obras y las entradas y cuando les va bien a las obras nos va un poco mejor y pintamos y sino seguimos con la pintura del año pasado.  Timbre este año cumple quince años, es decir que empieza la Temporada Alta con 15 años de existencia.”

“Una sala de teatro genera trabajo para los que la administran, los que la limpian, los técnicos, los actores, vestuaristas, escenógrafos, herreros, carpinteros, etc.–expone Tolcachir refiriéndose ya más a la actualidad del país-. Hay un movimiento económico alrededor de cualquier movimiento teatral que hay que potenciar y cuidar. Todo lo que sea autogestión se volvió muy engorroso en estos días. Para nosotros es muy difícil lidiar con las tarifas actuales de los servicios, con toda esta recesión, o sea, seguir sobreviviendo. Nosotros dependemos del público, cada mes se nota cada vez más que la cosa está más complicada para todos y que el público se retrae y concurre menos a las salas. Por eso, todo el apoyo que pueda conseguir para estos movimientos es bienvenido. Nuestra idea es seguir con la sala, el festival y todo, apostamos a ello con todas nuestras fuerzas y creemos que este esfuerzo tiene sentido porque luego la gente viene y la pasa muy bien. Pero la situación para el teatro en general es hoy más ardua. Después está lo que provoca como efecto cultural un festival así. Hoy el mundo está cada vez más dividido, peleado por cuestiones o diferencias que no deberían enfrentar a las personas. Por eso, creo que cualquier movimiento que intente cruzar culturas, es bueno, es fundamental en lo social y lo político, porque acerca a las personas, ayuda a que se comprendan. Y este festival de teatro contribuye a eso al juntar personas de distintas naciones y orígenes.”

Respecto a sus proyectos personales para la escena, Tolcachir nos adelanta que en febrero y marzo de 2017 viajará a dirigir Emilia, una obra de su autoría a Italia. Hará la pieza con un elenco, el del Teatro Argentino de Roma. Se produce allí y va con actores italianos. “Es un honor muy grande que les haya gustado la obra y que me hayan convocado para dirigirla. Tuvo mucho que ver con eso Julia Lazzarini , una actriz muy importante en Italia, que le gustó la obra y quiso hacerla. Y luego dirigiré un espectáculo en la sala Sarmiento del Teatro San Martín. Nunca trabajé en el teatro oficial. Será en una obra del autor croata Ivo Martinic, con parte del grupo de Timbre 4, y luego vendrá un año más tranquilo dedicado a este teatro y a la escuela. Voy a estar muy enfocado en las clases.”

La programación del festival

Entre las propuestas que trae el TABA a Buenos Aires se cuentan Pendiente de voto, del catalán Roger Bernat, que adelantan, transforma el teatro en un parlamento donde los espectadores desde una tribuna gobiernan la obra; La noche antes de los bosques, del talentoso director ya fallecido Bernard-Marie Koltés, con actuación de Oscar Muñoz; La historia del señor Sommer, de Patrick Süskind, que interpretará el también actor catalán Pep Tosar; y Acorar, un texto de Toni Gomila, que interpretará él mismo, proveniente como los otros de Cataluña. Desde el suroeste de la península ibérica ha sido invitado el autor y actor extremeño José Antonio Lucia, quien intervendrá como intérprete de su texto Alacrán o la ceremonia. Y desde Galicia llegarán las actrices Chusa Pérez de Vallejo, Maru Méndez y Daiana Silver para hacer África, una mirada a través del microteatro.

Desde Perú vendrá la Compañía de Teatro Físico y su obra Los regalos, de Federico Abril y Fernando Castro, en la que actuarán Diego Cabelo, Eduardo Cardozo y Miquel De la Rocha, que utilizarán un lenguaje de máscaras, acrobacia y clown. Chile, a su vez, desembarcará en el festival con tres propuestas: Acceso, de Pablo Larrain y Roberto Farías; Esto se iba a llamar proyecto Chejov (Work sin Progress) y Migrantes, teatro para un espectador. De Uruguay se verá Litost (La frustración), de Jimena Márquez, con actuaciones de la autora y Santiago Duarte, una obra que explora en los sentimientos más específicos del alma humana. Finalmente, la propuesta argentina estará a cargo de Emilio García Wehbi, un artista multidisciplinario, quien, en un cruce de lenguajes escénicos y confrontación de categorías estéticas, presentará una lectura contemporánea de Rey Lear, de Shakespeare.

 

Fotos: Sub.coop