De larga trayectoria en cine, teatro y televisión, el actor Alejo García Pintos se ha caracterizado por su talento, profesionalismo y bajo perfil en el medio artístico argentino.  La Plata fue la ciudad en la que nació y en donde comenzó a estudiar teatro a los 15 años.

Su debut profesional fue a lo grande: en 1986, dos años después de terminar la secundaria, interpretó a Pablo Díaz en la película de Héctor Olivera La noche de los lápices, un clásico del cine argentino. Este papel le valió el reconocimiento a su talento como actor dramático y la nominación como mejor actor protagónico en el Festival Internacional de Cine de Moscú y como revelación masculina por la Asociación de Cronistas Cinematográficos.

En 1987 debutó en el teatro comercial junto a grandes maestros de la comedia, Aída y Jorge Luz. Luego le llegó la televisión, con participaciones en numerosos ciclos como La banda del Golden Rocket, Gasoleros, Valientes y La Dueña. Durante los seis años que participó en los programas para niños y adolescentes producidos por Cris Morena, sus personajes de villano generaron gran popularidad y cariño en el público, como el caso de su personaje de Bartolomé Bedoya Agüero, en la tira Casi Ángeles.

La televisión le divierte y le permite componer atractivos personajes, mientras que el teatro lo apasiona y fascina. A la hora de elegir un trabajo actoral, prioriza el grupo humano que lo acompañará y se deja llevar mucho por la intuición. Luego de 31 años de carrera, Alejo García Pintos está satisfecho del camino recorrido y no se imagina su vida lejos de la actuación. Según sus propias palabras, le gustaría morir arriba de un escenario.

Hasta el 4 de agosto se lo puede ver en el Teatro Regio, en Nuestro fin de semana, una nueva versión de la ópera prima de Roberto Tito Cossa, al cumplirse 50 años de su estreno original. Una pintura de la clase media de la década del ´60.

Mirá el video con la entrevista a Alejo García Pintos